Boca, hundido en su peor versión

Boca, hundido en su peor versión

Luana Morinico

28/07/2025

El Club Atlético Boca Juniors atraviesa uno de los momentos más crítico de su historia. 11 partidos sin conocer la victoria no son solo una estadística fría: son la prueba más contundente del desconcierto generalizado que reina en el club. La última vez que el Xeneize ganó fue el 19 de abril ante Estudiantes. Desde entonces, nada. Ni fútbol, ni carácter, ni rumbo.

El regreso de Miguel Ángel Russo al banco parecía una apuesta segura por la experiencia, pero hoy es símbolo de una etapa que empezó sin ideas y se sostiene por inercia. No solo no conoce la victoria desde su vuelta, sino que decisiones como sacar en el entretiempo al único jugador que viene rindiendo de forma regular –ese que demuestra que todavía entiende lo que significa ponerse la camiseta de Boca, como lo hace Merentiel– son un reflejo de un cuerpo técnico perdido.

Ya pasaron tres fechas del campeonato y Boca todavía no ganó. En lugar de respuestas, hay más preguntas. El miércoles, tras quedar eliminado en los 16avos de final de la Copa Argentina ante Atlético Tucumán, el plantel recibió dos días libres. Hoy, luego de otra derrota contra Huracán, vuelven a generar día libre. ¿En qué momento se entrena? ¿Cómo se revierte una crisis así sin trabajo ni autocrítica?

Boca no tiene plan. No hay táctica ni estrategia visible. Los jugadores parecen entrar a la cancha sin ideas claras. Partido tras partido, el equipo da la sensación de no saber a qué juega. Pero lo más alarmante va más allá de lo futbolístico: el equipo no tiene reacción anímica. Nadie levanta la voz, nadie empuja. Boca no transmite.

A nivel individual, el panorama no es mucho mejor. Salvo excepciones contadas como Miguel Merentiel –incansable en su entrega– y Leandro Paredes, el resto del plantel está por debajo de su nivel. Y en Boca, jugar por debajo del nivel es no estar a la altura del escudo.

¿Qué pasa en Boca? ¿Qué se entrena? ¿Cuál es la idea? Las respuestas no aparecen. Y mientras tanto, la racha se alarga, la paciencia se acorta y el prestigio se desgasta.

Hoy, Boca es un equipo sin identidad, sin respuesta y sin norte.

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