«Para que entiendas, que soy de ti.»
Hay algo en vos que no pide permiso
y, aun así,
me cuida.

Hay algo en tu existir,
en la manera de tu ausencia
que llegó para quedarse,
y habitar los rincones
que nadie más alcanza.

Todo lo que soy te hace un lugar.
Un altar donde tu esencia se puede posar.
Una paz extraña, un consuelo sereno,
saber que existís, que fuiste real.

Y aunque no estés aquí,
tu voz me susurra suave
al oído,
como un suspiro que me transporta,
como un cálido recuerdo de tu olvido,
una presencia que no exige,
solo se queda.

Y en ese espacio callado,
donde el tiempo no toca,
te guardo sin miedo,
como quien sabe que amar
es también aprender a esperar,
sin prisa ni certezas.

Una parte de mí aún te espera,
una parte de mí siempre te soñará.

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