Lastrante es el canto de las sombras,
trastoca cuerdas en el alma,
musitando angustias,
en el barro enloquecido.
Su estruendo ensaya solos
en los frágiles destinos de fe,
que desfilan raudas sus hojas secas
junto a la ventana.
Su atemporal melodía ,
irrumpe desde todas partes,
pervierte los sueños,
y danza burlona sobre el durmiente.
La noche nos interpreta insolente
sus ya cercanas agonías,
pero aun todavía allá, a lo lejos, se escucha,
el murmullo entonado de un niño.
ERML
y mueren en cada nota los abrazos
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