Un poco de prosa.

Versos brotan de los reversos de mi alma.

Como agujas de alfileres mi cuerpo hiere cuando tú no estás.

Qué bonita es esta melodía que en mi mente tarareo.

La letra es tu nombre elevado a mil veces por la intensidad de este amor incesante.

De este fuego que me quema, que arrasa con mis entrañas reduciéndome a cenizas.

Por ti seré el Ave Fénix que nunca sabe morir,

por ti morderé el polvo más nunca renunciaré a la vida.

Mi vuelo se alzará a través de los océanos en busca del más bello amanecer.

Y entonces recordaré que siempre valió la pena amarte.

Valió la pena quebrarme, romperme, despedazarme en mil trozos para volverme a rearmar.

No hay lucha que más valga la pena que seguir luchando por ti, por nosotros.

Ni tristeza que pueda esquivar cuando ambos nos damos la espalda.

Mas, ¿qué levante la mano aquel que por amor nunca antes se había sentido tan vivo?

Cuántos mueren sin saber ni siquiera lo que es vivir por nunca haber usado su corazón.

Tú eres el jardín más hermoso por el que soportaría mil espinas.

Tú eres el espejo más certero en el cual puedo mirarme.

No hay escapatoria ante esta cruda realidad que nunca dejas de reflejarme.

Gracias por mostrarme lo que es realmente amar.

Y es que lejos de cualquier fantasía hay magia en esta cruda realidad,

que me muestra cuántas heridas de mí aún seguían sangrando.

Cuántas veces eché la culpa a los demás, cuántas veces no tuve ni puta idea de querer a alguien más.

Lejos de esta armadura pude ver que yo era la soga y el verdugo.

Que no había más villano en esta historia que mi mano escribiendo el guion.

Benditos sean aquellos que se cruzan en el camino con personas como tú.

Bendita yo, bendita mi vida.

No hay más suerte y agradecimiento que mi alma al cruzarse con la tuya.

Y aquí sigo aprendiendo a amar sin poseerte.

A simplemente agradecerte por haberte topado conmigo.

El mayor regalo ha sido tu tiempo a mi lado,

y aunque deseo que sea eterno no me importa si es efímero.

Pues hoy podría morir en paz, sabiendo que gané todas mis guerras con tan solo encontrarte.