ELLA (inicio)

ELLA (inicio)

Alechu42

22/07/2025

Había salido como otras tardes, solo, sin rumbo. Su ánimo le llevó al lugar que había sido escenario de su infancia y adolescencia, en el centro de Madrid. Bajaba desde la Gran Vía y, al desembocar en la Plaza del Carmen, vio la cartelera del Teatro Madrid que anunciaba la película:

El río que nos lleva

Así se titula la novela de José Luis Sampedro, que inicia con esta frase: “Todo estaba dispuesto, aunque nadie lo supiera, porque la vida no avisa…….” Esta frase resultó ser premonitoria de lo que iba a acontecer poco tiempo después.

Se aproximaban las fiestas navideñas. Su estado anímico, en declive, y el título de la película, le llevó a pensar que: es la vida misma y las circunstancias que vivimos, la que nos conducen por ella, al igual que sucede con la maderada en su discurrir por el río. En el transporte de la maderada se conoce por dónde va a ir su discurrir, pero no cómo va a discurrir. Los gancheros intentan encauzar los troncos por el río como nosotros nuestras vidas.

En su caso estaba en una encrucijada personal y desconocía cómo y por dónde iba a discurrir su vida.

Se aproximó a la taquilla y sacó una entrada para la sesión de tarde. Después, se encaminó hacia la casa que había sido de sus padres cerca de la Plaza Mayor, cuando, al desembocar en la calle del Carmen, se la encontró

Era una compañera de trabajo con la que había establecido una buena relación de amistad. La vio radiante de belleza y en una actitud vital que contrastaba con la suya.

Estaba preciosa, llevaba un abrigo de pieles de cuello alto que le enmarcaba la cara, muy bella, con una piel brillante. En sus ojos se reflejaban las luces navideñas y una sonrisa luminosa, radiante, iluminaba su cara.

Charlaron un momento y en la conversación descubrieron que íban a ir más tarde a ver la misma película . Quedaron en verse en el cine.

Él siguió su camino hacia la casa de la calle de la Fresa, la que había sido su casa familiar.

Desde la calle Zaragoza estuvo contemplando los dos balcones de la casa que daban a esa calle y, en concreto; el de la habitación donde murió su padre. Sin darse cuenta, estaba alimentando con sus recuerdos el ánimo depresivo que llevaba arrastrando desde tiempos atrás.

Desanduvo el camino de nuevo hacia el teatro Madrid. Cuando se dirigía a ocupar su localidad se encontró de nuevo con su amiga. Estaba acompañada de otro compañero de trabajo con el quetambién tenía muy buena relación. Los saludó y fue a ocupar su asiento.

La película le gustó. A su argumento iba incorporando vivencias y sentimientos propios. Cuando estaba próximo el final, se preparó para abandonar de inmediato la sala. Se sentía extraño, conmovido por la película y por los sentimientos a los que le había llevado, así como por el encuentro de esa tarde, y no deseaba reproducir de nuevo esa situación.

Antes de que se encendieran las luces abandonó la sala y el cine.

Volvió a casa muy deprimido, pero ignorante de la trascendencia que aquel encuentro iba a tener en su vida; de cómo y por dónde las circunstancias y los sentimientos le iban a llevar en los próximos años.

Como decía Sampedro en el inicio de su novela: “Todo estaba dispuesto, aunque nadie lo supiera, porque la vida no avisa…….”

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