Pinta el pavimento de rojo.

Pinta el pavimento de rojo.

Fer Chalan

18/07/2025

Las noches de robos y asesinatos pintaban los parques de sangre, violencia, dolor y hasta desesperanza. Hostilidad para los que salían a las calles a llevarse lo que encontraran e inseguridad para la persona que podría o no podría regresar a casa. Asesinos, no ladrones; eso era lo que eran, pero yo no lo sabía hasta que me tocó a mí.

Me pregunto siempre si las personas que matan al final del día no se sienten tristes, con conciencia en las manos. Creo profundamente que el daño que les hicieron puede estar vinculado desde el vientre. ¿Acaso será verdad? Jamás he conocido a un asesino, pero creo que al final eso es lo que pensaba, pero así no fue; conocí a aquella persona que pondría fin a mi vida aquella noche, pero como dicen por ahí, no conocemos al lobo porque se esconde sigilosamente. Como todos los fines de semana, llegué al mismo taller de bicicletas donde arreglarían el daño, pero estaba siendo observada por aquel que en aquella noche apuntó en mi barriga un cuchillo y en mi cabeza su arma. ¿Quién creería que ese hombre que me vio crecer estaría a punto de acabar con mi vida a los 15 años de edad por un celular? Un bendito celular que en su momento valía demasiado, pero para mí era un objeto que mis padres querían solo manipular para saber con quién estaba. La noche era oscura y en un momento cuatro hombres salieron de lo profundo de la oscuridad y con un grito dijeron: «Mátala, concha de tu madre, o la mato yo». El hombre del periódico lo reconocí; era él: su altura, sus ojos, todo su nerviosismo al tratar de coger el cuchillo y gritaba: «Mátala, mátala, mátala, para que aprenda».

Sí, señor ladrón, aprendí que la vida es tan valiosa que ni un celular sería el precio que tendría que pagar, así que deshacerse de las cosas materiales no es fácil, pero como dicen, esa noche, aparte de quitarme el teléfono y perder el número del chico que me gustaba, perdí más que eso.

El miedo a ser asesinada en un parque donde me vi crecer, donde las personas, viendo la situación, no te ayudarían nunca, que estás sola, que eso es una verdad sólida y que no hay nada que… haga cambiar este punto de vista .

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