Bebe de mis labios en este mundo frágil
Y a punto de romperse en mil pedazos,
Déjame entrar en esa incógnita…
Llamada tu cuerpo,
Llamada tu revolución,
Llamada tu anarquía.
Bébeme y pruébame en ese sin sentido,
En este ser emblemático llamado tiempo,
En el destino que nos hace padecer.
Aquí y a hora como una honda,
Llena de fuerza viajas a través de las estrellas,
Dejando este mundo sin contexto, lleno de trampas,
Viajas como en un video juego.
Te elevas y luego te dejas sumir,
Llenándote hasta las plantas de los pies,
De un polvo estelar brillante.
Cuando aterrizas estas de nuevo aquí,
Pero ya tus alas son azules y tu pelo violeta,
Surcaste los cielos y te cobijaste con la luz del sol.
Hasta volverte agua,
Hasta volverte destierro,
Hasta volverte anarquía y revolución.
Rompiste los enigmas del tiempo y sus límites,
Y te diste cuenta que tu materia no existía,
Y te diste cuenta que tus huellas eran polvo,
Y te diste cuenta que tan solo eras eso…
Un polvo estelar que brillaba en el contexto,
De lo no existente,
Frágil y entre muchos mundos diferentes,
Llena de vida te volviste una diosa,
Una diosa que no tiene tiempo,
Pues renaces con el amanecer,
Día a día vives y mueres,
Vives y mueres mil y una veces.
Renaciendo en mundos dispares,
Renaciendo en mundos diferentes,
Renaciendo en ese manto llamado nada.
Pero luego la luz de la noche te cubre,
Y tú vuelves a desaparecer…
Siempre aquí, siempre en ningún lado,
Siempre apareciendo sin estar,
Siempre fugándote sin contexto,
Siempre distrayéndote con tu amor,
Siempre encontrándote aquí,
En este mundo de fragilidad,
Eres la diosa de la destrucción.
Un escrito de hace algunos años…
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