Permíteme convertirte en el lienzo de mis ojos, la poesía que susurro de mis labios.
Déjame ser la melodía que surge de ti, esa que te inspira a crear a soñar, a sentir.
Toma lo que desees de mi, muerde mi cuello con pasión, bebe mi sangre y dame la tuya.
Devórame como el fuego despiadado, seamos llamas ardientes de deseo.
Desdobla mi alma con la tuya y bailemos hasta morir.
Entrégame tus inseguridades, tus miedos, tus deseos más profundos, y yo los tomaré con pasión, los besaré con ternura y los haré míos.
Concédeme la dicha de habitar en ti, de ser tu latido, tu respiración, tu calor, tu dulce calorcito que me hace temblar de placer.
Permíteme perderme en ti, en tus poros que me llaman, en tus venas que palpitan con vida, en tu piel que me acaricia, en tus huesos que me sostienen.
Encontrarte en mi, fusionarnos en un solo ser, donde pueda perderme en ti para encontrarnos en mi, sin fronteras, sin fin, sin diferencias, sin máscaras ni condenas.
Fundirme en ti, anhelo ser tu piel, tu sangre, tu aire, y que seamos una sola energía, un solo universo.
Permíteme el placer de mezclar lo que soy, lo que sos, todo en un solo ser, donde la pasión y el deseo sean nuestra única realidad.
Déjame habitar en ti, en tus profundidades, habita en mí y alimentate de mi.
~Juth.
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