He amado sin amar,
con la mente,
con las manos,
con los dedos incendiados
de tanto fantasear.
El deseo
me ha alcanzado
esperando al final de mi vida
el rojizo atardecer.
He amado sin amar,
con la mente,
con las manos,
con los dedos incendiados
de tanto fantasear.
El deseo
me ha alcanzado
esperando al final de mi vida
el rojizo atardecer.
OPINIONES Y COMENTARIOS