El arte de ver con el corazón en El Principito de Antoine de Saint-Exupéry
Escrito por: Adely Salvador, Saul Valentín, Anthony Condori y Lucciana Leyzaquía.
¿Cómo influye El Principito en nuestra identidad y nuestras relaciones? Uno de los mayores regalos de la vida es la lectura. A través de los libros descubrimos mundos para admirar, ideas qué imaginar y enseñanzas que nos inspiran a ser la mejor versión de nosotros mismos. En esta ocasión hablaremos de El Principito, una obra escrita por Antoine de Saint-Exupéry que, aunque a primera vista parezca dirigida a un público infantil, encierra profundas reflexiones sobre la vida desde un punto de vista filosófico. A lo largo de la historia se abordan temas como la búsqueda del conocimiento, el valor de lo esencial y la autenticidad en las relaciones humanas mediante las aventuras del principito por distintos planetas y su entrañable vínculo con el aviador. Este libro nos invita a mirar más allá de lo superficial, a valorar aquello que es invisible ante los ojos y a cuestionar nuestros propios valores, no es sólo una historia conmovedora, sino una llamada a ver el mundo con una mirada más humana, a reconectar con lo esencial y a reflexionar sobre quiénes somos.
En la obra El Principito se presentan personajes que encarnan actitudes y valores humanos. Uno de los temas centrales que emerge es la necesidad de reconocimiento, representada en la figura del ‘vanidoso’, quien le dice al Principito: «Admirar significa reconocer que soy el hombre más bello, mejor vestido, más rico, y el más inteligente» (Saint Exùpery, 1943, p. 21). Esta afirmación puede interpretarse como una exageración del egoísmo que contrasta directamente con la humildad, una actitud que defiende el Principito frente a lo que las personas pueden pensar. Sin duda se trata de un personaje con un trasfondo que podría ir más allá de lo superficial, como sugiere el psiquiatra Rubin (1981): “El narcisista se convierte él mismo en su propio mundo y a su vez cree que el mundo entero es él”, lo que nos hace reflexionar acerca de un posible contexto psicológico detrás de su comportamiento. En otro momento de la obra se resalta el valor de la imaginación como una vía esencial para comprender lo verdaderamente importante, lo cual se evidencia claramente en una conversación: “El principito aconsejó que me propusiera realizar un hermoso dibujo para que los niños de mi tierra comprendieran bien estas ideas. ‘Sí alguna vez viajan —me decía— esto podrá servirles mucho’” (Saint Exupéry, 1943, p. 24). Podemos ver qué el Principito resalta la importancia de los dibujos como un medio de comunicación. Lo que coincide con lo planteado por Eisner (2004), quien afirmaba que: “Las artes visuales permiten acceder a formas de conocimiento que las palabras no logran transmitir», en este sentido la representación no solo comunica, sino expresa lo emocional, simbólico, y subjetivo. Por último, comprendemos que el viaje del Principito representa una profunda búsqueda del conocimiento, lo cual se evidencia en el siguiente fragmento: “No permitía nunca que se dejara sin respuesta alguna de sus preguntas” (Saint Exupéry, 1943, p. 29), lo que demuestra su gran curiosidad y su deseo genuino de comprender el mundo. Esto nos recuerda lo dicho por Einstein (1955): «Lo importante es no dejar de hacer preguntas». Así, El Principito nos enseña que el conocimiento nace de la duda constante y del deseo profundo de entender aquello que es invisible ante los ojos.
En conclusión, El Principito nos confronta con la soledad del individuo en un universo extenso, pero también nos ofrece la esperanza de encontrar conexiones significativas. Es un llamado a preservar la curiosidad, a cuestionar lo establecido y, sobre todo, a no olvidar al niño que llevamos dentro: ese ser capaz de ver lo extraordinario en lo ordinario y de valorar las cosas por su esencia, no por su apariencia.
REFERENCIAS
Eisner, E. W. (2002). The arts and the creation of mind. NCTE
https://acurriculumjourney.wordpress.com/wp-content/uploads/2014/04/eisner-2003-the-arts-and-the-creation-of-mind.pdf
Einstein, A. (1955, 2 de Mayo). Old man’s advice to youth: «Never lose a holy curiosity”. LIFE Magazine, 38(18),64.
Rubin, T. (1981). Goodbye to death and celebration of life.
https://es.scribd.com/document/653735974/28163-El-narcisismo
Saint-Exupéry, A. (1943). El Principito. Biblioteca Digital del Ilce.
https://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/Colecciones/ObrasClasicas/_docs/ElPrincipito.pdf
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