¿Quién no ha sentido alguna vez el deseo de volver al pasado y revivir los
momentos que marcaron nuestra infancia? Pues Abraham Valdelomar,destacado
escritor peruano,quiso captar ese sentimiento en muchas de sus obras,pero fue en
El Caballero Carmelo donde supo capturar la emoción del recuerdo,el valor de la
tradición familiar y el dolor inevitable del cambio.Criado en el puerto de
pisco,Valdelomar creció rodeado de historias familiares, con costumbres criollas
y una vida provinciana que marcaría su sensibilidad literaria. En esta narración
,publicada por primera vez en 1918,el autor narra desde la perspectiva de un niño
una historia que está cargada de simbolismos,emociones y crítica sutil a la
modernidad que amenazaba con borrar lo tradicional.Como se percibe en la
obra,Valdelomar no solo quiso rendir homenaje a su familia y a su tierra,sino
también transmitir ese mensaje sobre la nobleza,el honor y la pérdida. El relato
nos ofrece una visión profundamente humana,en el que un gallo de pelea se
convierte en símbolo de identidad,sacrificio y amor.A través de esta historia el
escritor busca que el lector pueda apreciar el valor de nuestras raíces,la memoria
y los afectos que nos definen.
El caballero Carmelo, de Abraham Valdelomar, nos sitúa en el Perú de fines del siglo
XIX y retrata con ternura la vida familiar y las costumbres provincianas. A través del
recuerdo del narrador, se revive la historia de un gallo valiente, símbolo de orgullo y
unión familiar. Valdelomar utiliza un estilo narrativo nostálgico, poético y cargado de
emociones, con recursos como metáforas, personificaciones y descripciones
sensoriales que conectan al lector con la infancia, la tradición y la naturaleza. Los
temas principales giran en torno al valor de los recuerdos, la tradición familiar y el
vínculo afectivo con los seres queridos, incluso con aquellos que, como el gallo,
fueron héroes silenciosos en la memoria del hogar.
Valdelomar representa en su cuento el valor de las tradiciones familiares a través de
escenas sencillas y emotivas, cargadas de simbolismo y calidez. La llegada del
hermano mayor, cargado de productos típicos como quesos, chancacas o frijoles
colados, no solo resalta la generosidad del personaje, sino también el acto de
compartir como un ritual que refuerza los lazos familiares: “Tocó a mi hermano,
limpió cariñosamente […] Sobre la mesa estaba la alforja rebosante; sacaba él, uno a
uno, los objetos que traía y los iba entregando a cada uno de nosotros” (Valdelomar,
2020, p. 4). El reencuentro familiar es el eje central de la experiencia emocional,
donde el acto de recibir estos productos trasciende lo material y se vuelve un gesto de
amor, identidad y memoria. En una época marcada por la prisa y la desconexión, este
tipo de narrativas nos recuerdan la importancia de valorar los encuentros, las
costumbres heredadas y el tiempo compartido. Las tradiciones familiares no solo son
prácticas culturales: son el espacio donde los niños construyen recuerdos, aprenden a
amar sus raíces y fortalecen su identidad dentro de un núcleo que les brinda seguridad
y sentido. En esta línea, World Vision (2022) recomienda cultivar costumbres
familiares positivas como compartir las comidas, realizar actividades alejadas de la
tecnología, expresar gratitud regularmente y mantener rituales propios del hogar.
Estas prácticas no solo enriquecen la convivencia, sino que también consolidan el
sentido de pertenencia y cuidado mutuo. Tal como se muestra en El caballero
Carmelo, estos gestos sencillos son pilares emocionales que fortalecen a la familia
desde dentro y nos impulsan a revitalizar en nuestro presente aquellas costumbres que
permiten sostener el amor, la unidad y la esperanza dentro del hogar.
Otro tema que plantea Valdelomar está representado simbólicamente por el recuerdo y
la sensibilidad. El autor transforma la figura de un gallo en un emblema de valentía,
amor familiar y nobleza silenciosa. A través de la mirada nostálgica del narrador-niño,
quien revive con ternura y tristeza la muerte del Caballero Carmelo, se nos recuerda
que las vivencias más simples de la infancia poseen un valor profundo y duradero.
Esta idea se resume en la frase: “Así pasó por el mundo aquel héroe ignorado, aquel
amigo tan querido de nuestra niñez: el Caballero Carmelo, flor y nata de paladines, y
último vástago de aquellos gallos de sangre y de raza” (Valdelomar, 2020, p. 17). La
expresión «héroe ignorado» revela que, aunque el gallo no fue reconocido
públicamente, sí dejó una huella imborrable en el corazón del narrador. Coaguila
(2015) señala que el regreso del hermano mayor desde el «infierno exterior» hasta la
«aldea encantada», junto con el contraste entre su estado físico y la higuerilla que
sembró, refuerzan la permanencia del hogar como símbolo emocional. Así,
Valdelomar nos enseña que la verdadera importancia de ciertos seres no radica en su
fama, sino en el impacto emocional que tienen en quienes los aman. En un mundo que
a menudo pasa por alto lo pequeño, el cuento nos invita a valorar los recuerdos que
construyen nuestra sensibilidad y nos conectan con nuestras raíces.
Finalmente, Valdelomar plantea en este relato un tema vital: la muerte digna. Esta
escena final del Caballero Carmelo no solo representa la culminación de una lucha,
sino también una forma de despedida heroica. La muerte del gallo se presenta como
un acto noble y simbólico, cargado de amor, valor y resignación. Fue narrada con una
belleza poética envolvente, donde la luz del crepúsculo, los últimos gestos del gallo y
la mirada amorosa hacia su familia construyen una despedida conmovedora: “Caía la
luz, agitó débilmente las alas […], cantó, retrocedió, tembló, se desplomó y expiró
mirándonos amoroso” (Valdelomar, 2020, p. 17). Esta escena nos recuerda que
incluso en la muerte puede haber dignidad, afecto y trascendencia. Valdelomar
humaniza al gallo, lo eleva a la categoría de héroe familiar y nos invita a reflexionar
sobre el valor de cada ser, sobre el amor que perdura y sobre cómo despedirse con
gratitud y respeto. Rebolledo (2008) reflexiona que, mientras debatimos sobre qué
significa morir con dignidad, muchos siguen muriendo en condiciones indignas. Una
muerte digna no necesariamente es rápida, sino aquella en la que el ser humano
conserva su libertad, su integridad y sus valores hasta el final. Morir en coherencia
con la propia escala de valores, rodeado de afecto y sin abandono, es lo que realmente
confiere dignidad al último momento. En este sentido, la escena final de Carmelo se
convierte en una metáfora sobre cómo todo ser merece ser despedido con humanidad,
amor y respeto.
El caballero Carmelo reafirma que esta obra es una narración que va mucho más allá
de contar la historia de un gallo de pelea. En realidad, nos muestra el fin de la infancia
del narrador, su transformación interior y el despertar de una sensibilidad hacia la vida
y el sufrimiento. Es un cuento que toca el corazón y nos deja pensando. Este relato,
aunque fue escrito hace más de un siglo, todavía nos habla de temas actuales como la
crueldad en nombre de la tradición, el amor hacia los animales y el valor de las
emociones. Nos invita a mirar el pasado con ojos críticos y a crecer emocionalmente.
Muchos lectores pueden sentirse identificados con esta historia porque habla del amor
familiar, de los recuerdos de la infancia y del dolor de una pérdida. Además, al estar
contada desde la mirada de un niño, nos ayuda a conectarnos con esa parte sensible
que todos llevamos dentro. La obra resalta cómo la tradición familiar se entrelaza con
una muerte digna, poética y llena de amor, mientras el recuerdo del gallo se convierte
en símbolo de una infancia marcada por la nostalgia y el afecto perdurable. Esta obra
nos invita a reflexionar sobre cómo el amor familiar, la dignidad en la despedida y los
recuerdos de la infancia pueden otorgar sentido y belleza incluso a la pérdida más
dolorosa, recordándonos que a través de la memoria y el afecto, lo que amamos nunca
desaparece del todo y sigue vivo en lo más profundo de nuestro ser. Leer El caballero
Carmelo no solo es valioso por su riqueza literaria, sino porque nos reconecta con
nuestras raíces familiares, nos enseña a despedir con amor y dignidad, y nos recuerda
que la infancia con sus luces y sombras permanece viva en el corazón a través de la
memoria.
Referencias: -Valdelomar, A. (2020). El caballero Carmelo y otros cuentos. Gobiernos del Estado
de Coahuila.
https://web.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/El%20Caballero%20Carmelo%20
y%20Otros%20Cuentos.pdf -World Vision. (2022). 4 costumbres positivas para cultivar en familia.
https://www.worldvision.cl/blog/4-costumbres-positivas-para-cultivar-en-familia -Coaguila (2015). El dedo en la llaga: Los valores tradicionales en El Caballero
Carmelo.
https://jcoaguila.blogspot.com/2015/04/los-valores-tradicionales-en-el_9.html -Rebolledo. (2008). Muerte digna. Comisión Nacional de Bioética.
https://www.conbioetica-mexico.salud.gob.mx/descargas/pdf/publicaciones/memorias
/muertedigna.pdf
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