Escrito por: Josué. Nascimento, Cristopher Buleje, Valeria Rojas.
Recuerdo que en secundaria, un amigo fue castigado solo por expresar su opinión; el profesor, en lugar de escucharlo, lo humilló frente a toda la clase, y desde entonces, mi amigo dejó de participar, lo cual me hizo ver que algunas personas con autoridad no enseñan con respeto, sino con miedo, algo similar a lo que sucede en la novela La ciudad y los perros, escrita por el peruano Mario Vargas Llosa, donde los jóvenes cadetes del colegio militar sufren maltratos y abusos que se justifican como parte de su formación. Según la ONU, aproximadamente el 30% de las personas en el mundo han sido víctimas o testigos de algún tipo de abuso de poder en instituciones públicas o privadas, una cifra alarmante que evidencia la normalización de estas conductas y nos invita a reflexionar sobre cómo afrontarlas y prevenirlas. En la sociedad actual, estos abusos se presentan en diversos contextos, como en la política o en el ámbito laboral, cuando una persona con autoridad utiliza su posición para imponer su voluntad y perjudicar a otros. Vargas Llosa, ganador del Premio Nobel de Literatura en 2010 y una de las figuras más destacadas de la literatura hispanoamericana, denuncia en sus obras diversas injusticias sociales y profundiza en la psicología de sus personajes en contextos complejos; en La ciudad y los perros (1963), retrata con una narrativa intensa y realista la vida de los cadetes del Colegio Militar Leoncio Prado en Lima, quienes enfrentan violencia, humillación y traiciones dentro de un sistema que promete formar hombres, pero que muchas veces solo produce miedo y silencio. Esta novela nos muestra la dureza de la vida militar, en la que los cadetes atraviesan momentos difíciles y humillantes en su proceso de formación, pero a pesar de los malos tratos recibidos, no pierden su humanidad y continúan mostrando lealtad hacia sus compañeros.
La ciudad y los perros es una novela de Mario Vargas Llosa que se centra en la vida de los cadetes en el Colegio Militar Leoncio Prado y que aborda temas de violencia, machismo y discriminación en un entorno autoritario; el autor utiliza técnicas modernas como el monólogo interior, la fragmentación temporal y la multiplicidad de voces, lo que le permite representar de forma más real los pensamientos internos de sus personajes, llegando a representar mejor como les afectaba la cruda vida militar. La novela comienza con un robo de examen que desata una cadena de eventos que culmina en la trágica muerte de un cadete llamado Ricardo Arana, apodado “Esclavo”, quien además sufre emocionalmente tras sentirse traicionado por Teresa, la chica que le gustaba. «Murió buscando afecto, pero encontró silencio; pidió respeto, pero halló desprecio. Su vida, frágil como papel en tormenta, fue rota por una institución que, en vez de formar hombres, destruye almas».
Una de las situaciones más preocupantes que nos deja ver La ciudad y los perros es el abuso de poder dentro de la vida militar, recalcando el control excesivo que ejercían los militares de rangos altos que se refleja en la novela la ciudad y los perros. Una muestra de ello es la forma en que el teniente Gamboa impone su autoridad, recurriendo a un tono agresivo y órdenes bruscas para hacerse obedecer: “Silencio –dijo Gamboa– ¡Silencio, mierdas! […] Lo tomaré a mi cargo. Ahora retírense y no olviden lo que les he dicho” (Vargas Llosa, 2015, p.108). Este fragmento muestra cómo se normaliza el trato violento dentro de la institución, reflejando un tipo de liderazgo basado en el miedo y la imposición, en lugar de promover el respeto y la autoridad justa. Es preocupante que aún existan instituciones que sigan justificando el uso de la violencia como parte de la disciplina, en ese sentido Roca (2020) manifiesta que el miedo no educa ni fortalece a los jóvenes, sino que los hace obedecer por temor, generando resentimiento en lugar de verdadero respeto. Un liderazgo basado en el miedo no forma personas con confianza ni valores; por el contrario, puede dañar su salud emocional y hacerles creer que toda autoridad debe infundir temor. Esto nos lleva a pensar: ¿Por qué Gamboa exige “silencio” de manera tan brusca? ¿Qué efecto provoca la palabra “mierdas” en quienes la escuchan? ¿Cómo cambia la atmósfera cuando todos guardan silencio?
La novela también muestra cómo el ambiente violento afecta la personalidad de los jóvenes cadetes. El Jaguar, por ejemplo, es el personaje que mejor representa esta transformación: es un líder, pero agresivo, que impone su autoridad entre sus compañeros. Sin embargo, a lo largo de la historia, se observa un cambio en su forma de ser, sobre todo después de la muerte del Esclavo. Este suceso lo hace reflexionar y asumir su
responsabilidad, dejando atrás la imagen de un cadete duro y sin sentimientos. Su redención final deja entrever que incluso en los ambientes más duros puede haber espacio para el cambio y la conciencia moral. Aquí se refleja cuando Jaguar, lleno de remordimiento y culpa, reconoce la gravedad de sus actos y entiende que debe de asumir las consecuencias: “No quería ser un cobarde más; había llegado el momento de hacer lo correcto, aunque eso significaba perder todo lo que había construido” (Vargas Llosa, 2015, p. 345). Este fragmento nos muestra a alguien que decide hacer lo correcto, aunque le cueste mucho. Nos hace reflexionar que ser valiente no es fácil, sobre todo cuando podemos perder cosas importantes.
Pero al final, hacer lo correcto demuestra que una persona tiene buenos valores y fuerza interior. Sin embargo, ¿vale la pena hacer lo correcto si eso significa perder todo? ¿realmente estamos dispuestos a ser valientes cuando sabemos que podemos salir perdiendo?
Por otro lado, la novela es la forma en que la violencia del entorno influye en el crecimiento emocional de los adolescentes. El personaje del Jaguar es un claro ejemplo de esta transformación: al inicio, se comporta como un líder duro y agresivo entre los cadetes, pero la muerte del Esclavo lo impacta profundamente y lo lleva a cambiar. Este cambio evidencia que incluso las personas que parecen duras pueden llegar a tener una conciencia ética. Vargas Llosa, a través de este personaje, nos invita a reflexionar sobre la posibilidad de reconciliación personal y la capacidad de cambiar el rumbo de la vida. Este cambio en el Jaguar se hace evidente cuando toma la decisión de decir la verdad sobre la muerte del Esclavo, desafiando la lealtad y el silencio que el grupo había mantenido: “Fui yo. Yo le di el tiro. Lo maté yo.” (Vargas Llosa, 2015, p. 342). Este episodio marca un momento en su desarrollo del personaje, ya que abandona su imagen de líder autoritario y acepta las consecuencias de sus actos, aun sabiendo que eso lo pone en contra de la autoridad y las reglas del colegio militar. Me parece importante que el autor destaque que los jóvenes no están completamente condicionados por su entorno, sino que poseen la capacidad de tomar decisiones y responsabilizarse de ellas. Esta idea se relaciona con lo planteado por la psicóloga Larraín (2017), quien señala que, pese a la influencia del entorno, también es una etapa en la que los jóvenes tienen la capacidad de reflexionar y cambiar su conducta desde un punto de vista. Por eso, el Jaguar simboliza la posibilidad de escoger una ruta distinta, incluso cuando está rodeado de circunstancias difíciles. Sin embargo, cabe preguntarse: ¿qué motivaciones internas llevan al Jaguar a romper con la presión y el código de silencio de sus compañeros? ¿Su acto de valentía es algo excepcional o representa una posibilidad para que otros jóvenes en situaciones parecidas puedan seguir ese mismo camino?
Finalmente, el personaje del Poeta permite observar una mirada crítica al sistema militar desde la sensibilidad y la intelectualidad. Su intento de denunciar la injusticia que sufrió Ricardo Arana es silenciado por la complicidad de las autoridades, evidenciando que las instituciones suelen castigar a quienes revelan la verdad y proteger a quienes obedecen sin cuestionar. Este joven, como muchos otros, termina desilusionado, pero no completamente vencido, esto representa la resistencia moral que muchos callan por miedo, es decir, aunque no logra cambiar el sistema, su presencia en la historia demuestra que, incluso en los ambientes más autoritarios, hay quienes conservan la valentía de cuestionar lo establecido. Una parte muy significativa de la novela que refuerza esta idea es cuando se muestra su frustración tras la denuncia fallida: “¿Para qué lo dije? Nadie me creyó. Ahora todos me odian.” (Vargas Llosa, 2015, p. 354). Este fragmento refleja cómo el Poeta se enfrenta a un sistema que no sólo ignora la verdad, sino que castiga a quien intenta revelar. Sin embargo, su decisión de hablar demuestra coraje y lo distingue de las actitudes conformistas de sus compañeros. El sociólogo Ubilluz (2018) respalda esta interpretación al señalar que el personaje encarna la figura del intelectual crítico, quien, a pesar de no tener poder, posee la lucidez suficiente para desenmascarar las falsedades del sistema autoritario. Su actitud nos invita a reflexionar hasta qué punto es posible que una sola persona logre desafiar un sistema tan rígido y opresivo. ¿Qué sacrificios debe asumir quien decide enfrentarse a la injusticia en un entorno donde la mayoría prefiere guardar silencio? ¿Qué lección nos deja esta historia sobre la importancia de mantener los valores personales en contextos que intentan suprimir la verdad?
En conclusión la novela La ciudad y los perros, del escritor peruano Mario Vargas Llosa, muestra la dureza del entorno militar, donde los cadetes enfrentan constantes humillaciones y dificultades durante su formación. A pesar de estos malos tratos, los jóvenes conservan su lado humano y su lealtad entre compañeros. La obra critica profundamente al sistema militar, al mostrar cómo este reprime, corrompe y afecta la identidad y la visión del mundo de los adolescentes. Vargas Llosa retrata esta realidad para reflexionar sobre el deterioro institucional que, en lugar de formar, puede destruir a las personas. Temas como el abuso de poder, la violencia, la pérdida de identidad y la lucha por mantener los valores siguen siendo actuales y nos invitan a cuestionar la justificación del maltrato en la educación.
Recomendamos esta novela no solo por su historia impactante, sino porque promueve una mirada crítica sobre los efectos de la violencia en la formación de los jóvenes y resalta la importancia del respeto, la justicia y la humanidad, incluso en los contextos más difíciles.
Referencias
Vargas Llosa, M. (2015). La ciudad y los perros (Edición conmemorativa).
Real Academia Española / Alfaguara. https://www.casadellibro.com/ebook-university-challengedebook/9781407081199/2900003
Roca, D. (2020). Autoritarismo y disciplina en instituciones educativas peruanas. Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=827446
Larraín, R. (2017). Desarrollo moral y adolescencia: Desafíos en contextos adversos. Revista de Psicología y Educación, 12(2), 45–60.
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8743726
Ubilluz, J. C. (2018). Intelectuales y crítica en la narrativa peruana contemporánea. Revista de Estudios Culturales Latinoamericanos, 25(1), 70–85. https://tramacritica.pe/author/juancarlos_ubilluz/
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