Amor Tóxico, Identidad y Traumas en Culpa mía
Escrito por: Anghely Luján, Yohanna Anselmo y Franckys Obregon.
¿Se puede justificar el amor cuando se convierte en una cadena y no en alas? Este es uno de
los cuestionamientos centrales que surgen al analizar Culpa mía, la primera gran novela de
Mercedes Ron, escritora argentina que vivió entre Reino Unido y España antes de
establecerse en Sevilla. Su pasión por la lectura comenzó a los 14 años y la llevó a crear sus
propias historias cuando no podía costear libros, escribiendo a los 15 su primera novela
inédita, Aleación, la cual dio inicio a una bilogía que culminó con Ruptura; aunque ninguna
de estas obras fue publicada, sirvió de base para sus futuros proyectos.
Su primer gran éxito fue Culpa mía, novela que escribió antes de cumplir veinte años. Tras
no obtener respuesta de las editoriales, decidió publicarla de manera independiente en
Wattpad, donde el romance entre Noah y Nick logró gran popularidad entre los jóvenes. Esto
le permitió ganar un premio en los Watty Awards 2016 y captar finalmente el interés de
editoriales. La obra se ambienta en un contexto actual y aborda problemáticas típicas de la
adolescencia, como los cambios en el núcleo familiar, la construcción de la identidad y las
tensiones propias de las familias reconstituidas. La historia sigue a Noah, una joven de 17
años que debe dejar atrás la vida que conocía para mudarse con la nueva pareja de su madre y
el hijo de este. Al inicio, la convivencia entre los hermanastros resulta conflictiva por sus
diferencias de carácter y los traumas que ambos arrastran, los cuales limitan su capacidad de
seguir adelante. Así, Mercedes Ron nos ofrece un relato apasionado y emotivo, que refleja los
retos familiares y los conflictos emocionales propios de la adolescencia, pero que también
deja ver cómo el amor y el desarrollo personal pueden ser caminos hacia la superación y la
transformación. Según FNAC (s.f.), la novela “se caracteriza por contar con protagonistas
jóvenes y adolescentes, envueltos en historias de amor y desamor”. Por ello, sostenemos que
Culpa mía es una obra que, además de entretener, invita a reflexionar críticamente sobre los
peligros de un amor que se confunde con dependencia y sobre la necesidad de sanar las
heridas emocionales para construir relaciones más saludables.
A lo largo de Culpa mía, se abordan distintos temas, como las relaciones tóxicas y el amor
pasional, los sentimientos reprimidos y los conflictos personales, así como los problemas,
traumas y amenazas que afectan el presente, los cuales se desarrollan a partir de las vivencias
de los personajes. Uno de los más destacados son las relaciones tóxicas y el amor pasional.
Conforme el lector avanza en la trama, observa cómo Noah lidia con una relación marcada
por la dependencia y el sufrimiento. En varios momentos se muestra cómo el amor que siente
se mezcla con dolor y confusión, como en el pasaje: “Sabía que me hacía daño, pero no podía
alejarme de él, era como una droga” (Ron, 2017, p. 23). Noah es consciente de que su vínculo
con Nick la perjudica, pero se siente atrapada por la intensidad de sus emociones, lo que
refleja un amor que no es sano. Esto nos lleva a reflexionar si el amor verdadero justifica el
sufrimiento o si es dependencia disfrazada de pasión. En este sentido, Riso (2003) señala que
“la persona dependiente, de una manera ingenua y arriesgada, concibe y acepta la idea de lo
‘permanente’, de lo eternamente estable” (p. 46). Esta reflexión permite entender cómo ideas
erróneas sobre el amor pueden afectar el bienestar emocional y dificultar que las personas
tomen decisiones que protejan su salud.
Otro de los temas que desarrolla la obra son los sentimientos retraídos y conflictos
personales, lo cual se refleja en el proceso que atraviesa Noah al intentar adaptarse a su nueva
vida. Ella enfrenta distintas dificultades que la hacen sentir fuera de lugar y aumenta su deseo
de regresar al entorno que conoce. Esto le genera un ciclo de silencio y desconexión que
complica su relación consigo misma y con los demás. Un ejemplo de ello se aprecia en el
fragmento: “Y lo peor de todo es que deseaba con todas mis fuerzas despertar, porque aquella
no era mi vida, no era lo que quería… deseaba volver a mi casa con todas mis fuerzas” (Ron,
2017, p. 11). Este pasaje nos permite ver cómo Noah oculta lo que siente y anhela que todo
vuelva a ser como antes, lo que la lleva a un aislamiento emocional. Desde nuestra mirada,
esta situación nos invita a reflexionar sobre cómo el miedo o la incomodidad pueden
llevarnos a reprimir nuestras emociones y dificultar la comunicación con los demás. Sobre
esto, Silveira (2015) sostiene que “Aislarse por sistema, huir de la gente porque nos
incomoda, ver en los demás enemigos potenciales, estorbos o molestias es un error muy
grave, que si se repite y prolonga puede costar muy caro” (p. 9). Esto refuerza la idea de que
expresar lo que sentimos es clave para conectar de manera auténtica y evitar el
distanciamiento emocional. Sin embargo, esto también nos lleva a preguntarnos: ¿Qué habría
pasado si Noah hubiera expresado lo que sentía desde el principio? ¿Cómo habría cambiado
su relación con quienes la rodeaban? ¿De qué forma podría haber transformado esa voz
interna en un puente hacia los demás?
Como último tema, tenemos los problemas, traumas y amenazas que impactan la vida actual
de los personajes, los cuales están muy marcados a lo largo de la lectura y afectan de forma
directa a Noah. Esto se convierte en el origen de muchos de los conflictos que enfrenta en la
historia. Una muestra de cómo se manifiesta este trauma se encuentra en el siguiente
fragmento: “Cuando tenía once años mi padre intentó matarme […] Era corredor de Nascar y
cuando se fracturó la pierna tuvo que dejarlo […] Yo solo tenía ocho años cuando le dio la
primera paliza a mi madre” (Ron, 2017, pp. 366-367). Este pasaje nos permite ver el
sufrimiento que vivió Noah desde niña, condicionado por la violencia de su padre y la ruptura
de su núcleo familiar, lo que creó en ella inseguridad y miedo. Esta situación,
lamentablemente, sigue afectando hoy a muchas personas que cargan con heridas
emocionales del pasado y que, Como explican González y Zúñiga (2016), “la violencia
intrafamiliar en la infancia deja secuelas emocionales que pueden expresarse en relaciones
disfuncionales y baja autoestima”. Esto nos lleva a reflexionar sobre cómo la violencia
intrafamiliar deja marcas profundas y duraderas, moldeando patrones relacionales y
emocionales que pueden repetirse en la vida adulta.
En conclusión, Culpa mía es una novela que nos muestra con intensidad los conflictos
emocionales y familiares que atraviesan los adolescentes, lo que la convierte en una historia
muy interesante. Asimismo, nos enseña cómo el amor, cuando se mezcla con la inseguridad,
los celos y la dependencia, puede transformarse en una relación dañina que afecta el bienestar
emocional de las personas. A medida que avanzamos en la lectura, los temas de la identidad,
los traumas del pasado y la dificultad para expresar los sentimientos se manifiestan en las
situaciones que viven Noah, Nick y los demás personajes. Además, la novela nos invita a
reflexionar sobre la importancia de establecer límites en las relaciones y el impacto que
tienen nuestras emociones en los vínculos que vamos formando. Noah y Nick nos enseñan
que el verdadero amor no significa poseer, sino respetar y dar libertad al otro. Sin duda
alguna, Mercedes Ron nos entrega una historia que pueden disfrutar tanto los jóvenes como
los adultos interesados en comprender mejor las complejidades del afecto en la adolescencia.
Simplemente, es una obra que nos anima a construir relaciones más sanas, conscientes y
equilibradas.
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