Ahora que estás mejor sin mí,
ahora que tus heridas cerraron,
ahora que tu sufrimiento se detuvo
como un río que al fin descansa,
tienes que ser feliz.
Fue siempre mi propósito,
ser el puente que cruzaras
para hallar tu paz,
la despedida que sanara tu piel,
la ausencia que tejiera tu alivio.
Ahora que mis pasos ya no pesan en tu memoria,
que mi voz no quiebra tus mañanas,
ahora que el tiempo nos soltó las manos,
prométeme que serás feliz.
Porque todo este amor,
aun desde la distancia,
aun desde el silencio,
siempre soñó con verte sonreír.
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