Claramente era un engaño, el tipo traía un fardo con cerca de 3.000.000 de pesos y según él , aleatoriamente había sido favorecida con ese premio, por supuesto le cerré en las narices y lo amenace con llamar a la autoridad, el insistió un poco , pero le dije de plano que me dejara en paz y volví amenazando con las penas del infierno .
Laura me llamó como a las diez.
-¡ hermana, ganamos!- una sensación extraña de pena, rabia . dolor y angustia se apoderó de mi
– ¿como dices?- ¿en que ?
– aahh me olvidé decirte que participamos en un sorteo por 3.000.000, puse tu nombre y dirección y ¡ganamos!
trague saliva, tocaba explicar porque ya no éramos las ganadoras y llorar amargamente por la perdida del dinero, que en mi cabeza se gastaba en un sinfín de cosas y resolvía muchos problemas .
– ella suspiró – ¿ lo rechazaste verdad?- también solté un suspiro
– ¡mierda!!
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