Raíces de Amargura

De su piel, el negro desprende
el sudor que provoca el sol
embravecido.

Cortador insinuoso
que se pasea por la isla,
lleva en su puño un machete
con el que corta la Saccharum officinarum
de los campos de los ricos.

Tierra preñada de descontento y malestar,
grita con la esperanza de ver al negro en condición de igual.

Negras son las raíces que dieron mi origen,
negro es mi pueblo, encaprichado en teñirse.

Lágrimas con sabor a sal
rebosan los ríos:
es que el negro se marcha a casa
con las manos vacías.

Nos dividieron la tierra:
negros, blancos, mulatos y mestizos,
proclamándose dioses en las tierras vírgenes.

Nos quitaron el oro, los campos y la paz,
pero jamás pudieron robarnos la dignidad.

¡Negra!