Nos encontramos cara a cara con
las risas que aún resuenan en el aire,
con los abrazos que dejaron su huella en la piel,
con los días que fueron y ya no serán,
pero que en mi alma siguen vivos, eternos.
Nos miramos en el reflejo de las despedidas,
en los silencios llenos de historias sin contar,
en las calles que guardan nuestros pasos,
en los ecos de nombres que aún susurra el viento.
Querida nostalgia,
vienes de la mano de aquellos momentos
que duelen de tan hermosos,
que pesan de tan ligeros,
que se han ido, pero nunca del todo.
Eres el perfume de lo que amé,
la caricia de lo que no supe retener,
la melodía de voces que ya no están,
pero que en mis noches aún cantan.
Y aunque a veces aprietes el alma,
aunque a veces empañes los ojos,
te abrazo sin miedo,
porque en ti habita todo lo que fui,
todo lo que quise,
todo lo que aún late en mí.
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