Él me miró

Él me miró

Laurascis

17/06/2025

Cuando sus labios descendieron, todo mi cuerpo se tensó, cada nervio en alerta. Su boca exploraba con hambre contenida, y yo me entregaba sin reservas, sintiendo cómo cada caricia me quemaba por dentro.

Sus dedos se aferraban a mi piel, marcándola con firmeza, mientras su lengua jugaba y dominaba, lenta, provocadora, encendiendo un fuego que no tenía vuelta atrás.

Entonces, cuando empezó a moverse dentro de mí, cada embestida era un golpe directo al placer, duro y preciso, que me hacía temblar y gemir sin control. Mis quejidos se mezclaban con los suyos, un ritmo salvaje que rompía cualquier barrera.

Me arqueaba, buscando más, aferrándome a él con fuerza porque cada movimiento era una descarga eléctrica, un aviso claro: aquí mando yo, y tú vas a arder.

No había espacio para dudas, solo para el pulso frenético de dos cuerpos que se devoran, que se exigen, que se llevan al límite y más allá.

Y en esa mirada suya, intensa y sin concesiones, entendí que esta era una batalla que nadie quería ganar, solo perderse sin remedio.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS