Si de voces inexistentes se trata, están en mi mente cada mañana, que los que me rodean no las sientan, no quiere decir que yo mienta.

Desde aquel día los recuerdos invaden mi mente, hoy me encuentro sentado mirando cuatro paredes y por más que no quería dejarme ver, al final era necesario para terminar todo el daño que te causaba y la tormenta que me acompañaba todas las mañanas, inevitable era verte de frente y no golpearte, quería brindarte cariño, pero no sabía de qué manera actuar. 

Difícil para mí se convertía manejar las voces inexistentes en mi mente, aunque no lo creas, cada noche contra mis luchas de sueño las lágrimas acompañaban mis desvelos, no sabía como controlar mis impulsos, sin embargo me ocultaba porque no quería aceptar los verdaderos sentimientos que se extraían desde lo profundo de mi alma, más que quererte comprendí que llegaba a amarte, todos los días que abría la puerta para salir a la calle ingeniaba algo nuevo, transformaba mi verdadera personalidad, los temores que habitaban en mí eran demasiados, todos los que podían verme decían que era feliz, pero en realidad no era así…

Los medicamentos ya no funcionaban, mis impulsos se salían cada vez más de control, mi amada decía que yo estaba loco, de hecho fueron las últimas palabras que pronunció al morir, y yo, yo aún no lo asimilo.

Hoy escribo porque lo siento necesario y no estoy en uno de mis ataques, el lugar puede generarme ansiedad; por momentos pueden dejarme atado porque temen al daño que pueda causar, entre varios psiquiatras deben controlarme, a veces no es muy fácil, pero en realidad no se qué ocurre en todo mi ser, cada día que transcurre mi dolor aumenta más, preguntas rondan mi mente, pues, ¿Quién me va a querer si estoy loco?, uhmmm bueno, eso es lo que dicen, cuando ingresé a ese horrible lugar, nadie supo que era con otra identidad, así que hoy fui astuto, ¡Cambié mi look! 

Me siento mejor que nunca, este parque me inspira tranquilidad, los árboles son lindos y por fin escapé de cuatro paredes que eran las que me generaban tanto dolor, hoy solo miro mis manos ensangretadas y recuerdo a mi amada, prometo no volverla a tocar.

-Juth.

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