
Esta es una historia real de uno de nuestros clientes.
Así trabajaba Juan.
Cada mañana en su escritorio lo esperaban 327 correos: solicitudes de vacaciones que no cuadraban, un conflicto entre comerciales que escaló, una baja imprevista en producción, y la nómina que debía salir ese día.
Era el encargado de «Recursos Humanos» en una cadena de retail, pero su título debería haber sido «Bombero en Jefe«.
Así vivía, en modo transacción: reactivo, urgente, agotador.
Hasta que el CEO le soltó un desafío: «Necesitamos fidelizar clientes en la era digital, o nos comen los competidores«.
Juan se congeló. ¿Cómo? Su día no le dejaba respirar.
Esta es la paradoja más visceral que viven las áreas de Capital Humano: ser ejecutores operativos y arquitectos estratégicos.
Como bien señala David Ulrich, no es un «o esto o lo otro«. Es un «ambos«.
Así fue como ROI Agile fue convocado para ayudar a resolver esto.
La trampa de la urgencia (cuando lo operativo devora lo estratégico)
En nuestra experiencia, Juan no es un caso aislado.
Es la norma en muchas empresas.
El área de Capital Humano se convierte en un centro de servicios administrativos:
- Contrataciones apresuradas para tapar agujeros.
- Liquidaciones de sueldo con errores que generan desconfianza.
- Conflictos interpersonales que consumen horas.
- Cumplimiento legal que asfixia.
¿Es necesario? Por supuesto que sí.
Como los cimientos de una casa.
Pero si solo te enfocas en reparar grietas en los cimientos, jamás construirás el nuevo piso que necesitas para crecer.
La empresa de Juan necesitaba transformación digital (el futuro), pero él estaba atrapado en lo transaccional (el presente).
El riesgo es claro: si el área de personas o Capital Humano solo opera, se vuelve irrelevante para el negocio.
Como dijo Peter Drucker: «Lo que no se mide, no se puede gestionar».
Y si solo mides tiempos de contratación o costes de formación, nunca gestionarás el impacto real en el negocio.
El punto de inflexión: Separar para potenciar
El cambio para Juan (y para su empresa) lo hicimos a partir de una decisión radical: separar físicamente las dos caras de la moneda.
No era magia, era estrategia:
1. El «Hub» Operativo (Transacción con Eficiencia Extrema):
- Se implementó un portal de autoservicio para empleados: solicitudes de vacaciones, certificados, consultas de nómina.
- Se externalizó la nómina compleja a un especialista.
- Se implementó un software de reclutamiento que agilizó filtros iniciales.
- Se crearon protocolos claros para conflictos menores (delegados a los líderes de equipo).
- Objetivo: Ejecutar sin errores, rápido y barato. Liberar tiempo cerebral.
2. El «Núcleo» Estratégico (Transformación con Enfoque):
Hicimos que Juan, liberado del 70% de las urgencias, se enfocara, con un pequeño equipo, en lo verdaderamente transformador:
- Mapeo de Habilidades Críticas:
¿Qué competencias digitales faltaban para fidelizar clientes? (Análisis de datos, UX, omnicanalidad). - Programa de Re-conversión:
No solo contratar externamente sino identificar el talento interno con potencial y capacitarlos intensivamente. - Vinculación Cliente-Empleado:
Junto a Marketing, creamos un programa donde los empleados de tienda escuchaban grabaciones (anonimizadas) de clientes insatisfechos.
El impacto emocional generó un cambio real en el trato. - Métricas de Impacto:
Se ligó la reducción de rotación en puestos clave (+15% retención) al aumento de la satisfacción del cliente (+10% en encuestas NPS).
Las encuestas NPS (Net Promoter Score) son una herramienta utilizada para medir la lealtad del cliente y su disposición a recomendar una empresa, producto o servicio.
La chispa:
Cuando Juan presentó al directorio cómo la reducción de rotación en servicio al cliente impactaba directamente en ventas recurrentes, dejó de ser «el de los papeles» y se convirtió en un aliado estratégico.
Las dos caras del superpoder en capital humano (y cómo desarrollarlas)
Esta paradoja exige perfiles y estructuras diferentes, pero complementarias:
1. El Ejecutor Operativo (El Garante de la Credibilidad Básica):
- Su Talento:
Eficiencia, precisión, manejo de procesos, respuesta rápida. - Sus Herramientas:
Tecnología (HRIS), outsourcing inteligente, protocolos estandarizados. - Su Métrica:
Exactitud, tiempo de respuesta, coste por transacción. - Clave:
Si esto falla, nada más importa.
La credibilidad del área se desmorona.
2. El Arquitecto de la Transformación (El Constructor del Futuro):
- Su Talento:
Visión estratégica, análisis de datos, comprensión profunda del negocio (cómo se gana el dinero), influencia, anticipación de tendencias. - Sus Herramientas:
Datos (clima interno, desempeño, mercado laboral), diseño de experiencias (empleado/cliente), planificación estratégica de talento, cambio cultural. - Sus Métricas:
Impacto en retención de talento clave, desarrollo de habilidades críticas, contribución a objetivos de negocio (ventas, innovación, satisfacción cliente), agilidad organizacional. - Clave:
Debe hablar el idioma de la dirección (finanzas, mercado, clientes).
Como señala Ulrich, es el «Aliado del Negocio» que conecta el talento interno con las demandas externas.
Consejos para no caer en la trampa operativa (o para salir de ella)
- Audita tu tiempo (crudamente):
¿Qué % del tiempo de tu equipo se va en transacciones vs. transformación?
Si es más del 70% operativo, es una alerta roja. - Automatiza o externaliza lo repetitivo:
Portales del empleado, chatbots para consultas básicas, software de reclutamiento, nómina externa.
La tecnología es tu aliada para liberar tiempo de valor. - Crea estructuras distintas (físicas o funcionales):
Un «Service Center» para lo operativo y un «Centro de Estrategia de Talento» para lo transformador.
Roles y objetivos claramente diferenciados. - Exige datos de impacto (y habla su idioma):
Deja de reportar «nº de horas de formación«.
Reporta: «Inversión en capacitación digital = +X% de ventas online en el equipo capacitado«.
Vincula al área de Capital Humano a resultados de negocio. - Súbete a la mesa estratégica (por derecho propio):
El líder de Capital Humano debe estar en las reuniones clave de planificación del negocio desde el inicio, no solo para escuchar necesidades, sino para aportar cómo el talento puede ser la palanca. - Forma (o contrata) para la estrategia:
Busca/perfecciona habilidades analíticas, de negocio, gestión del cambio y visión de futuro en tu núcleo estratégico. - Comunica el cambio de rol:
Que toda la organización (especialmente los líderes) entienda que Capital Humano ya no es solo «el papeleo«, sino un socio estratégico.
¿Tu área de personas está atrapada en el hoy, o construyendo el mañana? Preguntas clave
- ¿Más del 60% del tiempo de tu equipo de CAPITAL HUMANO se dedica a tareas administrativas repetitivas (transacción)?
- ¿El líder de CAPITAL HUMANO participa activamente en la definición de la estrategia global de la empresa, o solo ejecuta «requerimientos» de otras áreas?
- ¿Tienes tecnología que automatiza eficientemente procesos transaccionales (autoservicio, nómina, reclutamiento inicial)?
- ¿Mides y reportas el impacto de las iniciativas de CAPITAL HUMANO en indicadores de negocio clave (ventas, productividad, satisfacción cliente, innovación)?
- ¿Existe un plan claro para desarrollar las habilidades futuras que el negocio necesitará, o solo se reacciona a las vacantes actuales?
- ¿Se analizan las causas raíz de problemas como la alta rotación o el bajo engagement, o solo se aplican parches?
- ¿Tu equipo estratégico de CAPITAL HUMANO entiende profundamente cómo la empresa genera valor, quiénes son sus clientes clave y cuáles son sus desafíos competitivos?
El Verdadero Poder
Gestionar la transacción es esencial.
Sin cimientos sólidos, la casa se cae.
Pero solo enfocarse en los cimientos te condena a vivir en una planta baja estrecha y sin vistas.
La transformación, es decir, anticipar, diseñar, alinear el talento con el futuro del negocio, es lo que construye pisos, ascensores y miradores.
Es la gran diferencia entre sobrevivir y liderar.
Como dijo Arie de Geus: «La capacidad de aprender más rápido que la competencia puede ser la única ventaja sostenible».
Y quién, si no el área que gestiona el talento, debe ser la arquitecta principal de esa capacidad de aprendizaje y adaptación.
Desde ROI Agile, hicimos que Juan dejara de ser bombero para pasar a ser el arquitecto.
Y tu área de personas… ¿Apaga fuegos o diseña el próximo rascacielos?
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