Que los destellos de tu espíritu,
Descansen en la eternidad suprema,
Y que el amor al padre celestial,
Sea el espejo para el mundo.
Que tu visita en la tierra deje huellas,
Que tu vida sea eterna en el infinito,
Que tu palabra sea la del padre,
Que tu corazón se pose en las manos del altísimo.
Cuando en el ejemplo nos demuestres lo bueno,
El camino a recorrer y recorrido,
Y nos brindes la oportunidad,
De escucharte y seguirte.
Que la paz del mundo sea tu memoria,
Incrustado en las personas de bien,
Y que tu palabra sea clave,
Para encontrar la llave del destino final.
Que tu vibra sea la energía limpia,
Que tu sonrisa sea la de todos,
Y que tus pensamientos sean el instrumento de amor eterno.
Y que tu legado sea único y leal,
Que tu alma descanse sublime,
Y que los aplausos de gratitud lleguen al cielo,
Y el gozo de tu vida sea calmo.
Gratitud eterna a tus testimonios,
Personificaste la paz y humildad,
Delataste a los culpables,
Regocijo de dulzura destilada de amor incondicional.
Que tus actos y palabras serán eternas,
Y lo translucido de tus detalles,
Y tu destello de pasiones,
Serán el legado transcendental sobre este mundo.
Que tu sonrisa sea la llave para todos los fieles,
Para el perdón del santo padre,
A través de tus plegarias,
Y pedazos de corazones entregados.
Que el recuerdo de la gente,
Quede la expectativa de los lazos desatados,
Y que todos estemos esperando,
Con ilusión la bienvenida santificada del Santo Padre.
Que tus actos finales,
No viajen a la deriva y que tu vida,
Sea transcendental para las siguientes generaciones,
En la compresión del amor al prójimo.
Enhorabuena por ti, por el mundo,
Por tus plegarias, por tu perdón, por dejarnos un legado,
Por transformar al mundo,
Y que ese encuentro sea sublime y satisfactorio.
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