El origen inesperado de Las diosas del tardeo

El origen inesperado de Las diosas del tardeo

Laura Duarte

03/06/2025

Porque las historias más bonitas a veces empiezan con una piña boca abajo…

Hay ideas que nacen en los lugares más mágicos y otros que, aunque no lo parezcan a primera vista, también lo son. Como una sala de fisioterapia, por ejemplo.
Sí, sí… como lo lees. Las diosas del tardeo nació entre estiramientos, risas y conversaciones sobre ligues imposibles.

Corría agosto de 2024, yo estaba en plena recuperación de mi rodilla y mientras una máquina hacía su trabajo sobre mi pierna, en la sala sonaba ese murmullo cálido que sólo se escucha entre quienes te acompañan en los procesos largos y pacientes.
En medio de todo eso, surgió el tema del challenge de moda: ir a cierto súper y poner una piña boca abajo en el carro como señal secreta para ligar (¡sí, existe!).

Y entre bromas y carcajadas, Ruth y Dani —dos de las fisios que me han acompañado durante años— me retaron con esa chispa cómplice que sólo se tiene con quien ya ha sido testigo de tus días buenos, y de los no tan buenos:
“¡Tienes que escribir una historia sobre esto!”

Y yo, que no necesito mucho más que una idea loca y una sonrisa para ponerme a teclear… lo hice. Sin avisar, sin prometer nada. Sólo porque me hizo ilusión.
Y de esa semilla inesperada, brotó una novela que acabó convirtiéndose en una de las más especiales para mí.

Un brindis por ellas: las que inspiran

Las diosas del tardeo es, en el fondo, un homenaje.
Una comedia romántica sobre tres amigas que se reúnen cada semana con una copa de vino, chismes en la lengua y risas sinceras que curan el alma.

Pero también es un regalo a esas personas que, sin quererlo, hacen nuestros días más llevaderos. Por eso, cada uno de los protagonistas lleva el nombre (o una versión reinventada) de quienes me acompañaron en mi recuperación. Un gesto pequeñito, pero lleno de cariño.

Y es que… ¿no es eso también parte de escribir historias? Guardar trocitos de realidad para volver a ellas cuando la vida se pone cuesta arriba.

Historias que se escriben entre la vida

Puede que esta novela no naciera en un café de París o en una biblioteca secreta, pero nació en un espacio igual de íntimo: un rincón donde me cuidaron, donde me sentí fuerte otra vez, donde entendí que el humor y el amor pueden sanar casi todo.

Y esa es la energía que vive entre las páginas de Las diosas del tardeo.
Una historia para leer con una manta sobre las piernas, una infusión en las manos y la sensación de que hay amistades que son magia pura.

¿Te animas a conocer a estas diosas?

Me encantaría que me contaras en los comentarios si tú también tienes una historia que nació en un lugar insospechado.
¿Una idea que te vino mientras cocinabas? ¿Un personaje que se te coló mientras paseabas por el bosque?

Y si ya leíste Las diosas del tardeo… ¿te viste reflejada en alguna de sus protagonistas?

Gracias por estar ahí, por leer con el corazón abierto y por hacerme sentir que escribir también es sanar, compartir, soñar.

Con cariño (y un poco de glitter),

Laura

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