UNA HISTORIA QUE CONTAR

UNA HISTORIA QUE CONTAR

ELE

02/06/2025

Le invité a un café caliente,

me senté a su lado,

le escuché con atención,

sus palabras tenían mucha razón.

Me miraba y me decía:

hoy vivo así, en la calle,

no quiero que nadie me juzgue,

no fueron las drogas ni el alcohol.

Perdí el trabajo, sufría avatares

y eso cortó los lazos familiares,

¡qué fácil es juzgar!

¡qué difícil estar en mi piel!

Sin un techo que me abrigue,

sin una cama caliente,

siendo nadie, un invisible,

un vagabundo, no un delincuente.

No es fácil vivir en la indiferencia

viendo las miradas de desprecio,

aquí, donde el silencio es tu profesor

y la calle tu universidad.

Y ves la luz en la oscuridad,

un gran trabajo, un gran coche,

no son lo que te hacen grande,

si la empatía, el amor, la dignidad.

De todo eso te das cuenta

al sentirte aquí tirado

igual que una colilla,

meditando en tu esquina.

Vivir en la calle

es morir lentamente;

gracias por tu café, por escucharme,

hoy es mi día de suerte.

Entre el desamparo y la pobreza

algo me quiso regalar,

lo más valioso que tenía:

una historia que contar.

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