La ansiedad golpea mi Alma,

como la marea se rompe contra rocas inmutables.

Fallidos intentos de reprimir la ansiedad que claudica

ante un incesante nerviosismo.

La Brisa del mar, lejos de calmar mi aliento, alerta mil demonios.

Llegó la hora!!!. Te presentas apacible como si nada perturbara

en ti nuestro encuentro.

Augurios penosos de un inminente fin.

Será el lugar adecuado para un encuentro deseado solo por mí?;

Me pregunto.

Prevengo a mis instintos de abrazar un Cuerpo que ya no me pertenece.

Y tú?. Mantienes una distancia ávida de perpetrar la despedida.

Los Silencios le ganan a las palabras

que en retirada ya no son necesarias.

Encuentro furtivo, equivocado.

Dejándome sin brisa y sin marea.

Ya no estoy ahí.

También en retirada esperaré con ansias la noche,

donde el apacible mar me devuelva a la vida.

A la que pertenezco, a la que no puedo robarle la magia del mar,

que bravío o calmo es análogo al devenir de mi propio cuerpo

y mi propia fantasía.

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