Capítulo 118 – Recuerdo encadenado.
¿Y
qué haremos si la información que nos dio es mentira? –preguntó
Starmancer
susurrando, luego de terminar la tan solicitada audiencia con el rey
Baal—. Mal que mal es algo que tampoco le conviene a él…
Tendremos
que creerle nada más y comprobarlo en el campo de batalla –respondió
Blaze, alzando
ambos hombros y manos—.
No creo que quiera servir de sujeto de pruebas para comprobar la
veracidad de sus palabras. Ahora vayamos a cumplir nuestra parte del
trato. Si ven a Hänä, infórmenle la nueva situación.
Starmancer besó
en la frente a Camellie y la mandó a resguardarse en el cuarto que
dispusieron para todo
su grupo,
mientras que Blaze salió del castillo a realizar rondas por las
cercanías, vislumbrando en la lejanía como enormes murallas de
piedra se elevaban lentamente para protegerlos. Por su parte, Hänä
se topó con Starmancer antes de que el
mago abandonara
el castillo, acordando que ella se quedara al interior del palacio
para hacer guardia. Las horas avanzaban y los magos maestros del rey
Baal descansaban, no sin estar preocupados por la situación
desventajosa en la que se encontraban.
Debemos
recuperar pronto nuestras fuerzas –dijo Ánemos, echándose aire en
el rostro con sus manos a falta de un buen
abanico,
acalorado.
No
bastará, son muy pocas personas haciendo ronda, pueden colarse en
cualquier momento y por cualquier lado –dijo Hi, intentado
hacer arder su magia, generando el calor que sofocaba a Ánemos.
Pero
hay uno de nosotros que todavía no ha dado su poder a Bröck –dijo
Cástor, mirando a su hermano, respondiéndole Pólux—.
Bueno, técnicamente
no
es uno de nosotros y, que yo sepa, tampoco tiene energía de nuestro
señor.
Pero
de alguna manera podrá ayudarnos –complementó Jur, levantándose
de su asiento, ordenando a los hermanos—.
Llámenlo para que coopere con sus habilidades.
Cástor y Pólux
fueron a buscar al poseído cuerpo de Ed, quien había estado todo
este tiempo escondido dentro del castillo, detrás del trono del rey,
a la espera de cualquier amenaza que pudiera atentar contra la
integridad de Baal dentro del palacio. Jur le comentó la situación,
informándole al rey como procederían para poder reforzar la guardia
de las calles del reino.
Patrullarán
las calles y cualquier cosa que pase, lo sabré de inmediato –dijo
el recuerdo de Chained God con la voz de Ed, saliendo a uno de los
balcones del castillo, extendiendo sus manos para utilizar sus
poderes—. Sus vacíos cuerpos son como una extensión para mí.
Los muertos
comenzaron a levantarse de las calles, saliendo de entre las casas
rotas, de los pantanosos
lodazales y de entre la tierra removida que fue lanzada lejos por
Yamm, comenzando
su pútrida marcha.
Blaze y Starmancer vieron como los desmembrados cuerpos se
reanimaban, reconociendo
la presencia mágica de Chained God en
ellos,
poniéndose los dos a la defensiva, corriendo hasta encontrar la
fuente del poder necromante que reanimaba a los cuerpos, llegando los
dos al mismo tiempo a las puertas del castillo.
Supongo
que estamos acá por lo mismo –preguntó Starmancer, mirando hacia
el balcón donde estaba parado el recuerdo de Chained God,
mostrándose
con su silueta oscurecida
por el sol de la tarde noche.
Las
ratas restantes
vuelven
a salir de sus escondites –respondió Blaze, comenzando a correr
los dos para encontrarse con su enemigo de antaño, encontrándolo de
espaldas, girándose al sentir sus presencias.
¿Ustedes
dos nuevamente? –dijo el recuerdo de Chained God con la apariencia
del amigo de Starmancer—. Pensé que había acabado con ustedes
aquella vez.
Si
el original no pudo conmigo… –dijo Blaze sin terminar su
alocución—. Una copia barata como tú ni cosquillas me puede
hacer.
Starmancer
estaba alegre por haber encontrado a su amigo, pero su cara no lo
demostraba para
no mostrarse vulnerable frente al falso ser.
Camellie apareció unos segundos después, habiendo sentido la
energía de su amado
hombre
nuevamente en el castillo, topándose de frente con quien ella
reconociera como su amigo.
¿Ed?
¡Es Ed! -exclamó Cami, siendo detenida por Starmancer, no
permitiéndole acercarse a su aparente amigo—. ¿Qué haces, Astar?
¡Suéltame!
Si
bien comparto tu alegría, Cami, ese no es nuestro amigo Ed –explicó
el mago a su amada—. Y con el dolor de mi corazón lo dejaré
seguir siendo lo que sea que cree que es, solo por un bien mayor.
Qué
comedido –dijo el falso Chained God—. No es lo que él recuerda
de ti, aunque ni se ha enterado que están aquí… ¡Y no lo hará
nunca!
Starmancer
apretó sus puños de rabia, pero dejó pasar impunes
las
palabras del falso demonio, entendiendo que su poder les podía ser
útil en la situación que se encontraban, prometiéndose que cuando
acabara todo recuperaría a su amigo.
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Claire no atinó a nada más que intentar apegar su espalda lo
máximo posible al seco y redondeado tronco en el que se refugió al
sentir la presencia de Knightless Armor, temiendo las
palabras del ente que tenía en frente, extendiendo sus manos de
forma defensiva, como si esperara ser atacada en cualquier momento.
Te ayudaré a llegar a la ubicación
de tu ama –dijo Knightless Armor, separándose un poco de Claire,
sorprendiéndola con su
actuar—. Pero ya conocen mi
forma actual…
El cuerpo de Knightless Armor rechinó como si dos trozos de
pesado metal se rozaran con fuerza, reacomodándose
lentamente la armadura externa que lo cubría ante
la impresionada Claire, convirtiéndose en una protección
común y corriente, plateada y sin florituras, emergiendo unos
largos y lacios mechones negros desde el yelmo, hasta
posarse sobre los hombros del aparente hombre.
Debemos apresurarnos –dijo
Knightless Armor con voz varonil desde su yelmo, extendiendo su mano
a Claire—, te deben estar esperando.
Claire aceptó la invitación del desconocido, entendiendo que
conocía a su reina y sus amigos, tomando la mano del caballero,
quien la subió a su espalda con un tirón de su brazo, comenzando a
correr con ella a cuestas a toda velocidad.
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Hänä ya se encontraba más repuesta de la conversación con
Dioveht, caminando por la planta baja del castillo, habiendo
reclutado a algunas Ondinas locales para que fueran sus minúsculas
espías, informándole cualquier situación extraña dentro del
recinto real sin ser detectadas. En su ronda se
encontró con Blaze.
Starmancer me dijo que se
encontraron –dijo Blaze a modo de saludo—. ¿Dónde te habías
metido?
Por ahí, calmándome –respondió
escuetamente Hänä, desviando la mirada.
Tuvimos una “audiencia” con el
rey Baal, tenemos información que nos puede ser de ayuda cuando Yamm
ataque nuevamente –comentó la hechicera de fuego, sacando una
flama voladora para iluminar los oscurecidos pasillos del castillo,
sintiendo el ambiente enrarecido como todas las noches en aquel
lugar—. ¿Qué es esta sensación?
Tú me cuentas de tu audiencia y yo
te cuento sobre el cambio en el ambiente –propuso Hänä, causando
curiosidad en su amiga.
Las amigas intercambiaron la información mencionada, aunque Hänä
solo mencionó circunstancialmente a Dioveht, omitiendo su historia
personal por respeto y para no volver a sentirse deprimida por ella.
Ambas se sorprendieron por el alcance de los conocimientos
compartidos, sentándose ambas en el piso a pensar que podían hacer
con lo recién aprendido.
Estoy de acuerdo contigo, habrá
que probarlo en el campo de batalla contra
Yamm –dijo Hänä, sin
poder imaginar otra forma de utilizar la información recabada en la
audiencia.
Sí, hay que ver si podemos usar
también lo del ambiente, aunque si depende de Baal y su poder, no
creo que se esté preocupando de eso mientras batalla –comentó
Blaze, recostándose en el piso, jugueteando con la vivaz llama
flotante, haciéndola rebotar en su dedo índice.
En la oscuridad de la noche, sombras comenzaron a emerger desde la
costa, moviéndose rápidamente, observando los muros de roca
edificados en torno al reino de Baal, metiéndose entre los
recovecos de estos para investigar la ciudadela,
encontrándose de frente con algunos zombies, los cuales se
abalanzaron sobre las oscuras criaturas y las desmembraron con
fuertes mordiscos, entre alaridos y sollozos, alcanzando a escapar
dos de ellos, volviendo al mar para perderse en el oscuro horizonte
nocturno.
El falso Chained God le informó la situación a Blaze, quien
salió junto a Starmancer a revisar la situación, encontrando los
cuerpos destrozados de los espías.
¿Pero que mierda es esto? –se
preguntó Blaze, iluminando con
su flama flotante el cuerpo
rasgado de la criatura salida del mar, la cual tenía una forma
antropomórfica, aunque claramente se trataba de una mezcla entre un
humano y alguna especie de pez, con todas sus entrañas expuestas—.
Huele asqueroso…
¡Mira este! Parece una sábana o
algo parecido –dijo Starmancer, levantando con el extremo no
afilado de su guadaña una blanquecina y delgada tela que cubría lo
que parecía ser el cuerpo de un niño pequeño, aunque blanco y
viscoso—. ¡Tócalo, tócalo!
¡No, que asco, voy a vomitar…!
–exclamó Blaze al ver otro ser despellejado del cual emergían una
especie de tentáculos, tapándose la boca para evitar regurgitar,
cubriendo su nariz para intentar no oler—. Por allá hay más…
Los jóvenes magos volvieron al castillo después de haber
incinerado a los cadáveres, encontrando a Hänä en la entrada
principal, informándole los hallazgos.
Tal vez deberíamos hacer lo mismo
–comentó Hänä a los recién llegados—. Hay que tantear el
terreno para ver como están organizados y cuantos enemigos son. No
creo que esperen ver a humanos allá en sus dominios.
No estoy en
desacuerdo con esa idea, pero
allá abajo estaríamos igualmente en desventaja, solo hace falta que
no podamos usar nuestros poderes y terminaremos en el mejor de los
casos ahogados –respondió Blaze, ponderando la idea—. Pero hay
una forma de hacerlo que no implica ponernos en peligro y que no
abandonemos completamente nuestro puesto de batalla.
¡Claro, la bestia! –exclamó Hänä
con vivacidad,
recordando la ocasión en que el Astral Beast apareció frente a ella
y sobre la cabeza de Claire.
Starmancer se quedó mirando con cara de no entender nada,
esperando que alguien le explicara algo.
Aunque creo que por la naturaleza de
la misión es mejor usar el Astral Sight, el Astral Beast es
corpóreo, puede interaccionar con las cosas reales, lo que nos hará
gastar más energía intentando avanzar dentro del agua. Solo
necesitamos ver lo que sucede allá abajo y recabar información de
forma rápida, sin ser vistos –explicó Blaze—. Una forma
intermedia del Astral Sight podría servirnos para escuchar los
alrededores, pero ya que estaremos debajo del agua, no creo que nos
sirva de mucho, además de que tenemos poco tiempo para que los
entrene…
Ah, es una técnica, claro…
–murmuró Starmancer, al fin entendiendo el tópico de
conversación.
Pero lo haremos mañana temprano,
tenemos que recolectar unos pocos ingredientes para hacer algo como
esto –dijo Blaze, mostrando su badana con el diseño que Hänä le
hizo años atrás—. Es importante que el trazo del dibujo sea
correcto para poder moverse bien, aunque creo que tendré que hacer
una versión marítima esta vez.
No puedo creer que aún conserves
eso –dijo Hänä, sonrojándose levemente—. Si se trata de
criaturas marítimas y sus formas, yo las conozco bien, así que
puedo realizar los dibujos en las badanas.
¡Yo también sé dibujar bien!
–exclamó Starmancer, levantando su mano al cielo, provocando una
carcajada en Hänä.
Ya veremos quien de los dos dibuja
mejor –declaró Hänä, parándose frente al largo hombre,
mirándolo a los ojos desde su baja posición—. ¡Compitamos!
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