No quiero ser agua mansa.

Quiero formar torbellinos en las esquinas.

Quiero grandes olas tumbando mi cuerpo.

Movilizando mi vida.

Las mujeres no hemos nacido para asimilar la quietud.

Para guardar las formas.

Sino para obedecer a nuestra naturaleza feral.

La clase de instinto que solo despierta cuando hemos encontrado dónde mirar.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS