Me mirabas, y yo a ti;
qué bien lo disimulabas.
Yo, en cambio, no pude fingir:
tímido y fuerte, tus brazos
no pude resistir.
Inocente y apasionado,
sé lo que escondes sin decir.
Dame un beso prohibido,
tómame y acércame a ti.
Rodéame con tu cuerpo,
la tibieza se empieza a sentir,
tu aliento en mi boca,
y ya todo arde en mí.
OPINIONES Y COMENTARIOS