Te pido perdón por las veces que no te perdone y que no quise darme cuenta que sufrías por las decisiones que tomaste, por que no eras consiente de los resultados.

Perdona me, por tomar decisiones que nos hicieron daño.

Por no decir a tiempo NO y aceptar cosas que realmente

no queríamos.

Pero también te doy las gracias por las buenas decisiones que tomaste en nuestra vida.

Por no haber tenido miedo al decidir ciertas cosas que

fueron correctas y aprender de las lecciones tristes o amargas.

Te doy las gracias por las veces que nos tuvimos paciencia a nosotras mismas.

Y también las veces que nos desesperamos y sufrimos por nuestra ansiedad que a veces aprendíamos a controlar y otras no.

Te agradezco los momentos divertidos, lo bien que nos la hemos pasado, bailando, escuchando música y escribiendo.

Y también me disculpo por las veces que nos metimos en problemas, por nuestra hiperactividad y nos regañaron por no controlarnos a tiempo.

Y quiero que sepas yo del pasado, que te quiero, que eres la mejor persona que he conocido, que después de todo no has hechos las cosas tan mal como lo pensabas, al contrario te felicito por que siempre optaste por el mejor camino.

Y que en ese camino tomaste muy buenas decisiones y por eso estoy orgullosa de ti, me gusta como eras y en lo que te convertiste.

Y espero de todo corazón que el resto de nuestra vida, nos sigamos esforzando por ser mejores personas con nosotras mismas y con las personas que más nos amas y que en las buenas y en las malas han estado con nosotras.

Por todo gracias.

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