Fortaleza en el sentir, en el hacer,

en lo que se siente profundamente.

En esa fuerza interior que nos lleva a saber

lo que somos realmente.

Lo que deseamos verdaderamente

sin temor.

Así es la fortaleza por lo que se ama,

por lo que en verdad se desea ser.

En ello se nos va la vida, en apreciar,

lo más interior, lo más perfecto de este protocolo de vida.

Por que la vida es eso, un protocolo,

que debemos llevar y saber llevar

con amor y fortaleza.

Sin dudar, sin temer.

Y a veces también es saber

lo que ya no queremos,

lo que en verdad ya no queremos

tener en nuestra vida.

En ese momento la vida se tamiza,

se limpia, se purifica y se queda

gracias a la vida misma lo mejor

de uno mismo.

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