En esta partida tormentosa,
tú eres blanco y yo, negro
afines a las polaridades de nuestra alma.
Tomas ventaja desde tu posición,
destrozas cualquiera ilusión
mientras busco una defensa francesa
que consolide el centro.
Fallo con debilidad
ante tu imposición imperiosa,
fracaso frente a mi destino.
Tus casillas se agrandan,
las mías pierden poder
por tus influencias oscuras.
No existe tregua en el tiempo:
hacia el desenlace trágico,
sin importar el perdedor.
Sacrificas tus piezas
para vencer mis peones,
irrumpes en mi zona de presión
por conseguir la victoria.
Y el tablero ensangrentado
marca el inicio de una tragedia:
lo imperfecto de mis movidas,
el flanco del rey expuesto,
y yo, soporto las consecuencias.
Con mi ultimo aliento
hago mi único intento
consciente de mi fracaso
y tu victoria emblemática.
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