Se durmió la chispa del soñador y bohemio, la naturaleza del amor, se alejó como el niño que crece y se vuelve joven, que hombre se hace. Porque adormece la magia del entorno de la pasión que nace en la inocencia del niño que crece.

Tonto joven que hombre se vuelve y viejo se hace, apartando el encanto del sentir maravilloso del enamoramiento. De la melodía que despierta las vivencias del vivir con pasión de conformidad.

Estas cayendo en el fondo oscuro y melancólico de la desolación del pensar, porque quieres ser lo que no eres, avivan esa naturaleza endurecida y vive como niño inocente de la vida.

Para que así sientas y veas que vives de verdad. Pon tu mente y alma, a que llegue a tu espíritu para y avive los momentos de locura que no son. Sino amor y verdad que van de la mano.

¡Si! Llega la vejez, llena muchas veces de madures y visión más allá de la reflexión. Pero no le des tanto a tu agitar y aléjate de él; y enfócate a tu mocedad de amor, sueños y alegrías inolvidables.

Y veraz que es, esa, la aptitud que debes tomar en tu vida. Por eso, como olvidar tú primer beso lleno de magia y locura, y las caras angelicales con voz de melodía que cautivaban tu alma.

Y regalaban aquellos soplos asombrosos del amor que tocaba a tu puerta a cada instante de tu ser, en tu juventud. Así que despierta el niño que llevas dentro y que se quedó dormido en la naturaleza del amor.

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