Como extraño la integridad intima.

   Dejo que los sentimientos, cuerpo, alma y aliento viajen al pasado de inocencia y verdades del chiquillo. Mundo lleno de la magia y alegrías gloriosas de la vida. Que vida… ¡Verdad! Y verdades, que dejamos en el pasado del nacer del principio de la luz.

Es un mundo fantasioso y de sueños maravillosos que viven en nuestra mente, cuerpo y espíritu. Es la veracidad que tanto buscamos; en el final del túnel de la vida.

Tarde se busca, en el largo y difícil vivir lo que tu vida te dio en el nacer de esta vida. Y mucho antes del principio, del inicio y después del fin, esta lo que queremos y no conocemos.

La existencia se embriaga de la tierra progresista del hombre, tecnología que te envuelve. Y enseña, enferma de mezclas de lo bueno, malo y deseos.

Nos cuesta elegir lo mejor, y en la larga senda nos desviamos de la verdad-el amor; del mismo principio de luz divina, a la que volveremos un día. ¡MI DIOS!

¡Dios! Todo poder que de este mundo no es y es; haz en mi tu voluntad, y apacigua mis locuras y debilidades.
Y apodérate de mi mente que a mi cuerpo dirige. Junto con mi alma, porque mi mente juega conmigo. Y tu Espíritu que en mi esta; y tuyo es, penétralo en mi interior.
Para que así por siempre seas quien este en mis pensamientos. Y en lo profundo de mi espíritu que es el tuyo, tutele el alma cuerpo y mente a tu creación en mí.

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