Escribir con presencia

Siempre pensé que escribir con presencia se trataba de usar palabras exageradamente elegantes o que quizá los demás no comprendieran. Creía que, de esa manera, podría sobresalir más.

Con el tiempo, me di cuenta de que para escribir con presencia no era necesario cumplir con lo mencionado anteriormente. Descubrí que debemos dejar que nuestra inspiración vuele sin restricciones, soñar sin sentir desesperanza, correr sin importar en qué posición llegaremos.

Con un ejemplo quizá un poco personal y abstracto, podría decir que es como dejarle las alas al viento; permitir que su fuerza e inmensidad te golpeen y te llenen. Quizá, por un momento, tengas miedo por la intensidad con la que llega, pero cuando lo aceptas, puedes ver que es necesario en su momento y que no durará para siempre.

Así como en la vida, la escritura tiene momentos en los que no hay una fluidez elegante; simplemente hay viento, frío y miedo.

Siempre habrá una oportunidad de escribir una nueva página. Tal vez ayer tu escrito se dañó; quizá hoy puedas corregirlo o directamente empezar de cero. Es tu guion, tu escrito, tu momento. Vívelo y déjale las alas al viento.

Etiquetas: poemario

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