«Dios y el big bang: ¿enemigos o aliados?»
La Biblia ofrece una visión espiritual y teológica de la creación, un relato que va más allá de lo físico para iluminar el propósito y nuestra conexión con lo divino.
Como dice Génesis 1:1, «En el principio creó Dios los cielos y la tierra», lo que establece a Dios como el origen de todo. Este texto no busca detallar procesos materiales, sino responder al «quién» y al «por qué» de la existencia. En contraste, la ciencia se dedica a desentrañar los mecanismos del universo mediante la observación y el análisis, revelando el «cómo» de la creación: desde el origen del cosmos hasta la complejidad de la vida.
Génesis, con su lenguaje poético y simbólico —propio de la literatura hebrea antigua—, invita a múltiples lecturas. Algunos lo toman literalmente, viendo en los seis días una cronología exacta; otros lo interpretan como una metáfora de verdades más profundas. El Salmo 19:1 complementa esta idea: «Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos». Aquí, la creación misma se presenta como un testimonio de lo divino, accesible tanto a la fe como a la investigación científica. La ciencia, al explorar las leyes que rigen el universo, no contradice esta gloria, sino que la detalla.
Las verdades bíblicas son espirituales y relacionales, no empíricas. Juan 1:3 afirma: «Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho», subrayando a Dios como el Creador supremo, mientras la ciencia describe los procesos que Él pudo haber empleado. Los descubrimientos científicos, como el orden del cosmos y la evolución de las especies, son hechos que enriquecen nuestra comprensión del mundo material. Sin embargo, como dice Eclesiastés 3:11, «Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos», sugiriendo que hay un misterio que trasciende toda explicación humana.
Tanto la ciencia como la fe exigen humildad. La ciencia reconoce sus límites, y la fe abraza lo desconocido, confiando en que «ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara» (1 Corintios 13:12). Conciliar ambas perspectivas no implica enfrentarlas, sino apreciar sus ámbitos complementarios. La ciencia pinta el lienzo del cosmos; la Biblia muestra quién lo diseñó y por qué. Juntas, amplían nuestra visión del mundo y nos acercan a una comprensión más plena de lo humano y lo divino.
– Marcelo Caputo
.
Fuentes:
1. «El lenguaje de Dios» de Francis S. Collins (2006).
2. «La creación» de Agustín de Hipona (De Genesi ad litteram, siglo V).
3. «Ciencia y religión» de Ian G. Barbour (1997).
4. «El relojero ciego» de Richard Dawkins (1986).
.
#CienciaYFe #DiosYUniverso #GenesisHoy #MisterioCreado #VerdadDivina #CosmosYBiblia #FeRazon
OPINIONES Y COMENTARIOS