Ojos lucero que esperan en el puerto
Senda de aguja que espera lanzarse a lo perdido
Recordaste lo que era volver al nido envuelto
Y perder el asomo del recorrido

Reanudo el nudo, reuno y rehuso de ese humo
Reinado inmundo de un mundo de baratijas
Resumo el retiro, asumo y atino de lo que presumo
Recitado agitado aprisionado de lo que el destino destila

Déjame ser ese que te insulte con la sinceridad
Mi homónimo antológico anacrónico es la crueldad
Las plantas afuera, son nuestras raíces las que nos dan nuestra variedad
Que lo ventoso de nuestro discurso se expresa en la ciudad como suciedad

Bendito diseño que la religión aclama
Verdugo aludo a su fantasmal parafernalia
Benigno martirio, delito de odio que se reclama
Ventrílocuo ignífico sacudo las armas reglamentarias

En frío, precipito al salto con escudo en mano
Deliro del brillo astral locuaz sagaz de lo que expresan actos
En bardo, lo cuento, resuelvo, y lo absuelvo por tactos
Pan de diezmo para el santificado que traicionó el pacto

Hay que estar en reposo para escuchar el absurdo
De ahí a volver a los escenarios hay que ser astuto
Es un juego de niños, la facilidad de evidenciar lo oculto
Comprenderán con los años de la capacidad que aguarda el exabrupto

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