Cambiar nuestra forma de pensar o mentalidad. O manera de vivir en lo no agradable a Dios nos lleva, a un nivela espiritual y humano de bien. La palabra de Dios nos dice en: (Efesios 4:22, NTV). “Desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño.”
En la Biblia, Pablo expone sobre una sabiduría superior que solo se puede conseguir mediante el Espíritu de la Verdad, de Dios y concluye que podemos acceder a este entendimiento supremo.
Porque tenemos «la mente de Cristo» (1 Corintios 2:18). Junto con la nueva naturaleza, Dios nos dio «la mente de Cristo». Esta nos permite acceder a una comprensión del mundo que no podríamos tener de otra manera. Y nos permite una nueva manera de administrar nuestros pensamientos.
Al producirse un cambio radical en la mente, se posee un nuevo entendimiento que permite ver el mundo con sus ojos, los espirituales. Es un proceso en el que dejamos que el Espíritu de Dios guíe la mente y la renueve.
Conocemos y sabemos que orar, leer la Biblia, congregarse y hablar con otros acerca de Dios. Resultan unas maneras efectivas para cambiar nuestros pensamientos o Mentalidad.
Tal vez, puedan sonar básicas, pero seguramente hayas experimentado que cuando te apartas de alguna de estas disciplinas, tus pensamientos se alejan de Dios y dejan de ser espirituales.
En Gálatas se menciona que las obras de la carne pueden ser malos pensamientos, tales como los «celos, iras» (Gálatas 5:20). En contraposición el fruto del Espíritu, que es el Amor (Gálatas 5:22).
Por eso, debemos andar en el Espíritu de Dios, así nos despojaremos del pecado que antiguamente gobernaba nuestros pensamientos de continuo. La Palabra de Dios en la Biblia lo dice así: «dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces, no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa» (Gálatas 5:16, NTV).
Al buscar la dirección del espíritu para nuestra manera de pensar, no satisfaremos las obras de la carne que actúan en nuestra mente. La búsqueda sincera de Dios nos permitirá deshacernos de la vieja naturaleza, sus deseos y sus pensamientos.
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