Flor Marina 

Había una vez un rey y una reina que deseaban tener un hijo. Un día la reina Estefania le da al rey Fausto, una bella noticia, estaba esperando una hija, como era primavera y las flores crecían y también al ver el mar, deciden llamar a la niña Flor Marina. La princesa crece feliz en un pueblo de alegría, su madre le había regalado el espejo de los recuerdos, en el podía ver sus más bellos y felices recuerdos. Una noche la felicidad se acaba, Estefania muere de una enfermedad dejando muy triste a Flor Marina y a Fausto. Este, con el tiempo, lleva a vivir al palacio a la hermana de Estefanía, Bell y a su mano derecha Raimundo, creyendo que ella devolvería la alegría al palacio. Bell era malvada y siempre había envidiado a su hermana por ser la reina. Un día, en uno de sus frecuentes visitas al bosque, Flor Marina conoce a John, un campesino

– Hola, ¿Y tú quien eres? No te he visto en el bosque antes – Dice Flor Marina 

– Hola, me llamo John, me mudé hace poco, pero tu… te veo cara conocida – Responde el joven 

Con una pequeña rosa la princesa dice: – me llamo Flor Marina y soy hija del rey Fausto.

– Entonces… – Sorprendido – eres la princesa. 

Los dos se miran y deciden pasar el día juntos. Durante ese tiempo se encuentran con la hada Santa quién les dice: 

– Me gusta esta pareja – sonríe – está noche haré una fiesta con todos los habitantes del bosque, ustedes están más que invitados.

– Gracias, allí estaremos – dice el joven y la princesa. 

Esa noche todo era alegría en la fiesta, música, baile, en la oscuridad entre los árboles, Raimundo que observaba atentamente. Durante el baile Santa tropieza y pierde la varita mágica que es recogida por Raimundo sin que nadie lo vea, luego de recogerla sale corriendo. 

Bell se encontraba en el jardín del palacio cuando de repente aparece Raimundo: 

– Bell tengo buenas noticias – y le enseña la varita. 

– ¿Una vara? Pregunta Bell 

– No es cualquier vara, es una varita mágica.

Bell lo mira como si estaría loco, en eso llega Santa y le dice: 

– Será mejor que me des eso, sería muy peligroso en manos equivocadas – Bell sonríe con risa malvada. 

– No – dice Raimundo – está varita es mía, conviértete en piedra vieja entrometida – una chispa de magia sale de la varita y Santa es convertida en piedra. 

Bell le quita de las manos la varita a Raimundo y dice: 

– Esto es nuestra solución.

– ¿A qué te refieres? 

– No lo ves, es hora de tener todo lo que siempre hemos querido – levanta la varita y dice: 

– Luna, Sol, cambien la historia hagan que sea yo la reina de este pueblo, que todos caigan en el hechizo y que Fausto y su hija sean solo unos campesinos. 

Una ola de chispas de magia cubren todo el lugar con un fuerte viento, al despejarse Bell está vestida cómo reina.

En una pequeña choza en medio del bosque ahora vivía Flor Marina y su padre Fausto. Ella todas las tardes iba a caminar por el río, allí se encuentra con John.

– Hola, ¿Qué te pasa? Te veo preocupado – le dice Flor Marina 

– Es por la reina – contesta John 

– ¿Qué pasa con la reina?

– No se preocupa por el pueblo, la mitad de él está pasando necesidades, entre ellas la falta de comida. 

– Dicen que es una mujer terrible.

En ese momento aparece un enanito con cada de preocupación que les pregunta: 

– Por casualidad vieron a Santa, es la hada del bosque. 

– No la hemos visto – responde Flor Marina – El enanito se desilusiona y se va, Flor Marina mira a John y le dice: 

– Se me ocurrió una locura

-¿Que locura? Dice John 

– ¿Y si nos metemos en el palacio y robamos comida para el pueblo?

– ¡Estás loca! 

– Es una manera de ayudar al pueblo 

– Pensándolo bien, no es tan mala idea, ya que la reina no quiere ayudar al pueblo, lo ayudaremos nosotros. Los dos sonríen 

– Mientras tanto en el palacio, Bell sentada en el trono y Raimundo que entra y se acerca, diciéndole: 

– Bell, esto no me está gustando, mi informante del bosque me ah dicho que están buscando a esa hada, la que le robamos la varita, el hechizo no borro a esa hada los habitantes del bosque aún la recuerdan.

– No te preocupes – dice Bell – mientras tengamos la varita en nuestro poder nadie nos podrá hacer ningún daño, tu quédate tranquilo. 

Flor Marina y John aprovechan que hay hombres sacando cosas del palacio y se meten sin que nadie los vean. Una vez dentro empiezan a juntar papas y otras verduras en un costal. Flor Marina sale de la cocina ya que le da curiosidad como es el palacio, al llegar al gran salón ve a un hombre hablando con la reina: 

– Su majestad, perdone mi indiscreción pero la comida que se entrega al pueblo no es suficiente, le ruego que haga algo al respecto. 

– Claro que haré algo – Bell saca la varita de su manga izquierda y convierte al hombre en una rana. Larga una carcajada perversa. 

Flor Marina lo ve y se asusta, en eso John la sujeta del brazo por detrás y se la lleva, ambos salen del palacio. Flor Marina ve en un tacho de basura un espejo que le llama la atención y lo guarda en el costal. Llegando al bosque Flor Marina le cuenta a John lo que vio, John no le creé y le pide el costal, con él se va a repartir la verdura a los habitantes del pueblo, Flor Marina regresa a su choza con el espejo que saco del tacho de basura. 

– ¿Qué es eso, Flor Marina? Le pregunta Fausto 

– Un espejo que encontré, pero tiene algo raro – En ese momento el espejo empieza a reflejar imágenes de la vida pasada de ella, una de las imágenes era el día que recibió la tiara de princesa. Flor Marina no entiende lo que ve, se lo muestra a su padre y este dice: 

– No puede ser, estas imágenes no son fantasía, son reales. 

– ¿De que hablás papá? 

– Nosotros pertenecemos a la realeza, tu eres la princesa y yo soy el rey, la reina, Bell, no es ella es… 

– No entiendo papá, Bell es la reina – el espejo cambia de imagen y ven a Estefania cómo reina – mamá ella era… 

– Ves lo que te digo, Flor Marina 

Flor Marina recuerda lo que vio en el palacio y solo tuvo que encajar las piezas, la varita que uso la reina para convertir a ese hombre en rana, la desaparición de Santa y las imágenes del espejo, solo había una conclusión, Bell robo la varita y cambió la historia. Flor Marina sale corriendo en busca de John, Fausto le grita pero ella se va decidida. Flor Marina le cuenta todo a John y ambos deciden ir a enfrentar a la malvada reina. Al llegar al palacio son recibidos por Raimundo quien no los deja entrar, en ese momento sale Bell: 

– Flor Marina, que agradable sorpresa, ¿Que te trae por aquí? 

– Devuelve la varita y cambia la historia, tu no eres la reina – Raimundo trata de empujarla pero Bell lo detiene.

– Así que ya lo sabes, entonces prepárate – saca la varita y cuando trata de hechizar a Flor Marina un grupo de pájaros aparece y le quita la varita y se la dan a Flor Marina quien desea: 

– Regresen la historia tal cual como es, devolviendo la memoria a todos – las chispas mágicas se dispersan por todos lados, aprovechando esto, Raimundo golpea a John y le saca la varita a Flor Marina, se la da a Bell quien entra rápidamente al palacio, escondiéndose en el sótano. Flor Marina aparece con su vestido de princesa a su lado Fausto como lo que es, el rey, mientras que John se levanta del golpe que recibió y sonríe diciendo: 

– Todo acabó, la historia vuelve a ser como debe ser – mira a su alrededor – ¿Dónde está Raimundo y la cruel de Bell? 

– Ya no importa – dice Fausto – los mandaré a buscar, una vez que los encuentre veré el castigo que les pongo. Creyendo que todo había vuelto a la normalidad la felicidad regresa para Flor Marina y John que preparan su boda, pero lo que no sabían es que el peligro aún los acechaba. 

Al día siguiente todo estaba listo para la gran boda, asistirían todo los habitantes del pueblo y del bosque. Flor Marina estaba en su habitación arreglándose, tenía puesto su vestido de novia, en ese momento tocan a la puerta – pase – dice ella, la puerta se abre y entra otra Flor Marina, la verdadera la mira asombrada – ¿Que es esto? Pregunta, la otra le responde: 

– Hola querida sobrina, ¿Como me veo? 

– Bell – Flor Marina no sale de su asombro 

– Ya no seré reina de este pueblo, sino la princesa y me casare con tu amado John – Bell rie 

– Solo te pregunto una cosa – le dice Flor Marina – ¿serás feliz siendo quien no eres? 

– Por supuesto, una vez casada me voy a deshacer de tu padre y de ese campesino – saca la varita de su pecho y dice – hasta nunca Flor Marina – la hace desaparecer, luego entra Raimundo a la habitación y le dice: 

– Yo me encargo – sonriendo

– Asegúrate que nunca regrese con vida – lo hace desaparecer también. 

Flor Marina se encuentra dentro de una carreta, cuando se asoma hacia afuera ve a Raimundo controlando la carreta, la mira y obliga a los caballos a correr diciendo – arre. 

La carreta acelera llendo por dentro del bosque, la intención de Raimundo era tirar la carreta por un acantilado. Flor Marina trata de salir pero es tan la velocidad que no puede saltar, en eso aparecen bloqueando el camino los animales del bosque, los caballos frenan de golpe. Flor Marina aprovecha y se tira de la carreta, queda en el suelo unos segundos, al levantarse ve a Raimundo a su lado que la toma del brazo llevándola hacia el acantilado. 

– No tienes que hacer esto, por favor Raimundo 

– Cállate – le grita Raimundo – y despídete 

En ese momento los animales atacan a Raimundo liberando a Flor Marina, esta sale corriendo, mientras que Raimundo intentando golpear a los animales, tropieza y cae por el acantilado. Mientras tanto en el palacio todo está listo para que John se case con Flor Marina.

– Estás hermosa – le dice John – tan hermosa como cuando te conocí y cuando al tocar tu mano supe que era amor verdadero – la sujeta de la mano pero siente algo raro, siente que no hay amor – tu… no… –

En ese momento aparece Flor Marina – ya basta – dice 

Fausto la ve diciendo – si tú eres Flor Marina, ¿Quien es esa mujer? 

Bell usa la varita y vuelve a tener su apariencia – ahora verán todos – con la magia convierte a los invitados en distintos animales. Luego mira a John y le dice – ahora es tu turno – Flor Marina se interpone – no lo permitiré – dice 

Bell le apunta y sonríe, sale una chispa de magia pero un guardia se interpone poniendo su espada, la chispa rebota en dicha espada y toca a Bell, convirtiéndose en un pato. La varita cae, un enanito la toma y vuelve a aparecer a Santa quién vuelve a la vida, Flor Marina y John se abrazan. 

Al día siguiente ellos se casan, Flor Marina le pide a Santa que vuelva a convertir a Bell en humana, que no le guardaba rencor, Santa lo hace, Fausto la echa del pueblo, Bell se va para no regresar jamás. Finalmente Flor Marina y John son felices por siempre.

FIN.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS