¿Qué es el mal? Una pregunta muy interesante, y que pienso que me siento en la posibilidad de responder.
Lo primero que hay que comprender del mal, es que el mal no es un sujeto, no es un algo, no es una cosa, el mal es algo que está sujeto a quién lo vive, no es algo que pueda existir por cuenta propia, no tiene realidad por sí mismo, el mal solo es algo que está contigo. El mal es algo sujeto al quien, no al algo.
Si yo te robara, lo malo no fuera el robo por sí mismo, no es el sujeto robo, sino todo lo que hay alrededor de eso, que de alguna u otra manera, tiene alguna conexión con mi esencia.
El mal es algo que nosotros no causamos ni hacemos, pero es algo que de alguna manera está concebido por nuestra esencia, y la comprensión de las propia materia individual, lleva a la comprensión del mal, porque el mal es algo que está hecho a partir de nosotros, y que está parasitado dentro de los elementos reales de la vida humana.
Hay que aprender a separar los hechos, las acciones, los sucesos. De las experiencias, porque el mal no es el hecho, no es la acción, no es el suceso, el mal es la conexión que existe entre tu y esa realidad, ese manifiesto, para que desarrolles tus capacidad individualistas, frente a esa realidad.
El mal no es algo realmente que exista o sea real, el mal ni existe ni es real, es algo que está con nosotros, el mal es un componente de nuestra realidad, de nuestra vida, no es algo en sí mismo, no existe no tiene realidad, no tiene forma ni cuerpo, solo es una interpretación, un punto de vista, un estado, es algo que está con nosotros, que nosotros hemos dado forma, pero que no hemos creado.
Para entender el mal hay que siempre, siempre, siempre hacerlo bajo el punto de vista personal, subjetivo y emocional, porque el mal es algo que objetiva, racional, y empíricamente es imposible de entender, el mal es para que saquemos a relucir nuestro conocimiento sobre nuestras experiencias, el mal es algo meramente personal y subjetivo, y el estudio del mal, involucra el estudio de la vida misma.
Para entender el mal, hay que entender nuestra vida, y a nosotros, subjetiva, emocional, y sentimentalmente. Hay que entendernos con nuestra propia experiencia, con nuestros propios actos, porque el mal es algo meramente individual.
Cada mal es único, cada mal es diferente, cada vez que alguien pronuncia «mal», es diferente a lo que se refiere. El mal es algo fruto de la experiencia, es nuestra composición personal.
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