Hablando de hombres

¿Porqué yo no apelo al discurso de que todos los hombre son iguales? 

Porqué tengo a mi padre, que a pesar de las equivocaciones me ha mostrado lo que es ponerle el pecho y el amor a una familia. Aunque a veces juzgue su nobleza y no me guste reconocerla en mí. 

Porqué tengo un amigo que me inspira al verlo formar su familia de dos, me ratifica que la lealtad y el amor si existe cada vez que mira a su amada. 

Porqué tengo a mi hermano que a pesar de las desilusiones siguió creyendo en su capacidad para amar y en el amor. Y hoy no perfecto pero dispuesto que es lo que al fin y al cabo importa; está disfrutando de construir con alguien. 

Porque tengo un amigo que fue apoyo en aquella gran ciudad. Que cuidó de mí y mi hija como si fuéramos sus hermanas. Con el que salía a comer como si se fuera acabar el mundo cuando estábamos tristes y con cada bocado saboreabamos el amargo de nuestras penurias. Que lloró conmigo en los momentos más difíciles de mi vida. Y también de la risa. 

Porque tengo otro par de amigos que hayan en mí la persona más divertida, inteligente, apasionada y leal. Con los que debato sobre la moral, porque a veces se les olvida al salir de casa.

Porque tengo a mis sobrinos, que los he visto crecer y adentrarse en los terrenos del amor. Ví sus corazones inocentes ser heridos y el peso de su género que los invita a callar y clavarse profundo todo. Por eso procuro que vean mí que no sucumbir a endurecer el corazón a causa del dolor es un acto de rebeldía y resistencia.

Porque a los hombres que han estado de una manera romántica en mi vida. Hoy les puedo desear lo mejor y agradecer por los momentos compartidos. 

Porque sé que cuando el hombre de mi vida llegué sabrá quedarse y reconocernos.