Charlas con vino

Charlas con vino

Ema UB

28/03/2025

¿Absenta o vino? 

Creo que para acompañar este tipo de conversaciones, de esas en las que lo mundano se convierte en espiritual hay que llamar al vino, pero si caemos en las profundidades del recuerdo, para ello indudablemente llamaremos al hada verde.

Una copa de vino bien servida, me recuerda quizá a esa metáfora de la sangre de Cristo y otras tantas veces a qué los recuerdos palpitan en la sangre, por eso es bueno beber vino cuando se comparte el tiempo en charlas que evocan agitar los memorias que tontamente uno piensa que había olvidado.

Como te decía, esta semana no me pareció una semana, me dió la sensación de una eternidad. Me ví como esos nómadas que vagan por el desierto en búsqueda de un oasis. Me sentí como esa fuerza trabajadora esclava que construyó la muralla china y después de dar el último aliento se quedaron formando parte de los cimientos. Cansado, totalmente agotador lidiar con tanta gente urgida de comprensión, salud, consuelo y quizá el remedio definitivo a los malestares de la vida y lo peor de todo, de entre esa gente siempre destaca uno o dos o quizá un 99% de necios. Esa gente innecesaria en la vida, pero que Dios o algún diablo depositó en la realidad para rellenar los espacios vacíos. Lidiar con necios equivale a proclamar la guerra a la bravura del océano, es decir, quién contra nada. Sin embargo, existe esta penosa proclama de comunicación que nos invoca a tratar de comprendernos en nombre de los valores y la educación. Hostia, pero te digo, uno de estos días voy a terminar puteado al revés y al derecho a toda esa tropa de gente necia… Más vino, se me acaba la copa, se me seca la garganta y me sobra el desquite, todavía tengo mucho por decir.

Como te decía, demasiado cansancio para pocos días o quizá sea la falta de actividades de contacto emocional. Si, eso debe ser, hace mucho tiempo que mi corazón vive en modo hibernación, no hay motivaciones emocionales que influyan alegría o que llamen a la sensibilidad por el tiempo. Cuando tienes un amante, el tiempo pasa rápido, las noches de placer parecen ser horas y las charlas de horas parecen de segundos, esa sensación es la que compensa a la otra, estas causadas por los trajines sociales de desgaste y detención. Por supuesto que está efímera conclusión debería decantar en una decisión importante; la búsqueda de un buen amante para pasar el rato. Pero hostia que pereza, eso hay que dejarle a los chavales de colegio o a los viejos locos con espíritu joven. Que pereza mi amigo buscar gente que ya no quiere tratar con la gente. Que pereza tener que lidiar con ese gran plan de hacerse interesante para llamar la atención del otro. Que pereza entrar en el catálogo de mercado barato para ser elegido por alguien. Francamente, que pereza buscar un amante en medio de tanta princesa. 

Princesas, hombres disfrazados con delicadeza, que se invalidan como hombres de valor en cuanto la cobardía hace de ellos un manojo de indecisión…

Más vino, hay que desglosar este tema. 

Es hora de beber absenta, el tema dejó de ser espiritual y se convirtió en algo emocional, siento que hay ira de por medio.

En parte entiendo, los hombres hemos perdido cierto valor en cuanto a la valentía y las decisiones se refiere. Desearía que aquello fuera solo en el ámbito laboral, pero no lo es, en cuanto a emociones, especialmente el amor, me atrevería a decir que somos muy cobardes. La sociedad nos está convirtiendo en esto, en seres que no saben lo que quieren o la mujer que quieren y para que la quieren. Allí el tema que causa heridas, quizá un hombre así es el que no quieres en tu vida.

….

Exacto mi buen amigo, eso es, tú sabes leerme la mente. Eso es lo que no quiero y como no quería mi cerebro invalida la toma de decisiones, me pongo en este plan expectante de: a ver qué encuentro, que entiendo o leo en la gente. Sin embargo, con frecuencia, el mismo cansancio, exceso de vanidad y egoísmo del otro me hace volver a la misma conclusión; el mal ya está hecho ya no existe nada que conduzca a la construcción del amor.

Un trago más de absenta, no tengas pereza, al final, siempre terminamos en estos temas.

No es que no exista, es que el mal ya está hecho; ya se sembró el miedo a construir el amor y nos quedamos con la ilusión que nos vende la sociedad, la tecnología y quizá algún malvado que se hace pasar por Dios.

Salud amigo, salud, tiene razón. El miedo es el monstruo más atroz, el verdadero diablo de entre las emociones humanas.

Salud por el diablo, por el miedo, por Dios y por todos aquellos que como yo, ya no dan más en esta vida.

¡Salud!

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