Prólogo

La vida pasa rápido. Nos atrapa y nos lleva sin dejarnos opción. Es como la montaña rusa solo tiene un camino y va rápido, y si quieres cambiar a otra debes de esperar a que pare. Si es que para.

Eso es lo que cuenta esta historia. La vida de personas metidas en un camino del cual quieren salir.

El día a día es muy monótono, se hace pesado e insoportable de llevar después de tantos años haciendo lo mismo.

Viendo en las revistas esos paisajes de lugares que parecen de ensueño y e inalcanzables, soñando conducir por las carreteras en un coche descapotable en un amanecer. Así es como se evaden los personajes de la novela, soñando.

Puede ser ser que se haga realidad. Al final lo sabrás.

Capítulo 1 – Una mañana de un lunes

Cada mañana antes de la salida del sol la cafetería en la que trabaja María se abre al público.

Es una cafetería de barrio en el que los clientes habituales se mezclan con aquellos que vienen de un hotel próximo, o qué camino a casa aprovechan para el primer café del día.

Empieza la semana en un lunes lluvioso y con algo de frío, o sea que además del trabajo el tiempo no ayuda mucho a mantener la sonrisa.

Se pone en marcha la cafetera, se preparan bocadillos, colocar las pastas en el mostrador, las barras de pan salen del horno y van a parar a la estantería. Y así es el principio en otro día más en la vida de Maria.

Los clientes empiezan a entrar en la cafetería, unos para tomar café, otros para comprar pan, y otros para llevarse un bocadillo combinado con bebida ya que es una oferta que ofrece el establecimiento.

Pasan las horas y el ritmo de trabajo cambia constantemente dependiendo de la llegada clientes.

Las conversaciones con los clientes, suelen ser breves, con las compañeras de trabajo algo mas extensas hasta que la aparición de un señora solicitando una barra de pan pone en pausa sus conversaciones.

La decoración del establecimiento mantiene una armonía en colores, decorados sobrios poco cargados, en los que la tipografía de los mensajes en el frontal del mostrador y en los carteles se combinan con la letra de la prensa que reciben cada día.

Así día tras día se combinan en tiempo y espacio unos elementos que conforman uno de los escenarios de la obra.

A veces resulta difícil saber qué día de la semana es debido a que la actividad diaria es muy monótona, la única diferencia es cuando el local se decoraba para celebrar fiestas tradicionales, la Semana Santa, navidad, reyes.

No queda otra más que hacer de cada día un buen momento para que todo sea más fácil. Pero el paso de los días y de los años deja huella, hace desvanecer, debilita la ilusión.

Pero la llegada de un nuevo cliente cambiará todo, o eso parece.

Recuerdo que era un martes cuando Gonzalo entro por primera vez en el establecimiento. Como es habitual los primeros días las conversaciones eran cortas. Pero ya llevaba siendo más de una semana que su asistencia era habitual.

– Tu café de siempre. – Dijo Maria a Gonzalo -.

  • Sí, a ver si me despierta que ha sido una noche muy tranquila.

Respondió Gonzalo de forma inmediata. Después pasaron varios meses desde entonces y ya familiarizaban tanto que en lo personal ya se conocían, después de hablar de la infancia, del colegio y de los días en la universidad hasta el primer empleo.

Así que solo quedaba hablar del futuro, acerca de si dentro de diez años estará Maria en la ubicación cafetería y Gonzalo de vigilante en el banco.

Los dos tenían sueños, pero los sueños no son gratis, requiere esfuerzo. Y ellos no son el tipo de personas poseedoras de tanta voluntad.

En un día en que retomaron el tema de que será de sus futuros, acabaron con la pregunta – frase

  • ¿Y porque no robamos un banco?. – Comentó Maria –
  • Pues qué casualidad, yo trabajo de vigilante en un Banco.
  • Ya lo sé, era broma. – Ratificó Maria –
  • Pues yo del banco me lo sé casi todo. – Presumió Gonzalo –

La conversación que ya duraba mas de una hora, deparo en a ver quien era más valiente para llevarlo adelante. Y así quedó el tema del robo, por ahora.

Pasaban los días, las conversaciones banales y relajadas entre dos personas llenaban los minutos de encuentro entre ellos. Y otra vez el tema del robo hizo su aparición en la conversación. Pero esta vez Gonzalo había traído en la carpeta del trabajo los planos del banco que utiliza para realizar las rondas de vigilancia.

  • Ves como se casi todo. Te puedo decir que es cada cuarto que está dibujado en el plano. Conozco cada rincón de este edificio. Las noches interminables que he pasado en él y las que me quedan.
  • ¿Que te quedan?, será si tu quieres. – De forma irónica apuntilló Maria -.
  • ¿Otra vez con el tema del robo?. – Gonzalo preguntó -.
  • Paso las noches pensando en ello. Yo he tomado la decisión de que es la única salida de esta vida que no me satisface. ¿Y tu?. – Preguntó Maria. .
  • Pues creo que tengo más cosas a ganar que perder. Te dejo una copia de los planos del edificio. Estúdiatelo y mañana hablamos. .- Gonzalo propuso a Maria.

De lo que era una conversación banal ha pasado a tomar forma, queda saber si llegará a ser real. Será necesario más encuentros para saber si siguen adelante. Mientras la vida se desarrolla fuera de la cafetería. Maria llega a casa donde le espera su novio Carlos, que trabaja en una industria textil.

La vida no es fácil, con pocos ingresos, pagos y deudas que cierran la puerta a la felicidad en una pareja que solo lo material es lo que les hace disfrutar. Así que Maria decide contarle el propósito firme de llevar a cabo un robo con su complice el vigilante del banco.

Capítulo 2 -Ya no hay vuelta atrás

A pesar de que intentan llevarlo con calma, no pueden evitar momentos de tensión. Día tras día repasan el plan para no dejar pistas y huir sin ser detenidos.

Gonzalo acude a su trabajo con normalidad. En un descuido deja la carpeta con los datos del robo. No se da cuenta hasta pasar unas horas.

Oscar el director del banco se topa la carpeta. En la portada pone Gonzalo turno de noche.

La abre y hecha un vistazo a los papeles, pasa las hojas hasta encontrar una notas y un mapa de la planta del sótano del banco en donde se encuentra la caja fuerte.

Su primera impresión fue de sorpresa, pero mientras va conociendo el contenido de la información se le pasa una idea en la cabeza. No quiere despertar sospecha de que ha visto el contenido, así que rápidamente hace fotocopias del contenido y la devuelve a su sitio. Espera cerca del lugar para ver si el vigilante viene a recogerla. No pasaron muchas minutos hasta la aparición de Gonzalo.

Con actitud de haber perdido algo de importancia se acerca al mostrador para recogerla. La abre y comprueba que esta todo y a continuación hecha una mirada a su alrededor para asegurarse de que nadie ha podido tener acceso. David esta bien escondido, no ha sido visto por Gonzalo.

David el director se dirige a su despacho para repasar con cuidado el contenido de los papeles. No piensa tomar ninguna decisión inmediata. Se tomará su tiempo para poder sacar partido de esta trama que planea el vigilante.

Mientras los días pasan vuelven a verse María y Gózalo, pero esta vez también está presente el novio de Maria se llama Carlos. Se ven en la cafetería como primer contacto entre el Carlos y Gonzalo. Sin mencionar el tema del robo porque el lugar no era propicio, antes sí, pero ahora no hay vuelta atrás y se debe de mantener el secreto.

Ahora que Gonzalo y el novio de Maria se conocen falta saber si Gonzalo lo acepta en el equipo.

  • No quiero a tu novio en esto, demasiado sentimiento entre vosotros dos y eso no es bueno en para el robo. – María pareció rotundo en ese tema -.
  • Pues si no está dentro, yo estoy fuera. – Presionó María a Gonzalo -.
  • Pero el botín será el cincuenta por ciento para mí y el otro para vosotros, no será en tres partes.
  • De acuerdo, me parece correcto. – Afirmó Maria a Gonzalo -.

Así que los tres deberán planificar y repartir el trabajo para llevar a cabo el robo. Esa reunión se realizó días después en casa de Gonzalo.

Reunidos alrededor de una mesa, con el plano del banco dibujado en una cartulina de gran tamaño. En el dibujo el interior del banco con todo detalle de las habitaciones, la ubicación de la caja fuerte, los puntos de las cámaras de vigilancia, y en el exterior las carreteras de acceso y posibles salidas para la fuga.

Después de varias horas quedó claro que Gonzalo y Maria accedían al interior del banco y Carlos estará esperando fuera con el coche para la huida e informando a los que están en el interior de que todo está tranquilo para salir con el botín. Repasaron la ubicación de los mostradores, la escalera principal y los accesos a sótano, los puntos de las cámaras, las zonas muertas para pasar y no ser vistos.

Decidieron no profundizar más en los detalles y que quedase claro esta información inicial. Con el paso de los días Gonzalo planearía los tiempos y el camino a seguir dentro del edificio para acceder a la caja fuerte.

Los días a continuación Carlos recorrió el trazado de ida y vuelta hacia el banco en un vehículo que no será el utilizarán en el día del robo. Durante el recorrido observaba los detalles que se encontraba a su paso, la hora de paso de los camiones de recogida de basura – no podrían ser vistos por nadie -, los edificios que tiene cámaras en el exterior – vigilar que no estén dentro del área de grabación de las imágenes -, y así asegurarse un camino seguro al banco.

Capítulo 3 – A Gonzalo le asignan más poderes

Gonzalo además del turno de noche suele hacer el de la mañana del lunes, y fue un lunes cuando en una mañana tranquila entro por la puerta un supuesto cliente.

Entro sin prisas, observó el interior del banco y esperó su turno a ser atendido en el mostrador. Cuando solo tenía delante de él a un cliente, de repente se abalanzó sobre él y gritó.

  • Nadie se mueva, o este señor saldrá mal herido. – Dijo el asaltante.

Gonzalo se acercó poco a poco y cuando a penas estaba a unos metros se lanzó sobre él. Se inició un forcejeo que duró poco ya que el individuo en cuanto logró soltarse de los brazos de Gonzalo salió corriendo por la entrada principal para huir.

Óscar estaba presente y contempló toda la escena. A continuación le agradeció a Gonzalo actitud valiente ante este intento de asalto. Gonzalo fue muy modesto, comentó que ese es su trabajo, no tiene importancia.

Pero Óscar el director de Banco le hizo pasar a su despacho. De una forma muy secreta a Gonzalo le informó que la sede central del Banco quiere tener un vigilante de confianza, que sepa más sobre la seguridad del banco para casos extremos. Y que después de lo presenciado el director le hizo saber a Gonzalo que es la persona de confianza que nombrará para ese cargo de confianza.

  • Ya sabes esto es un secreto entre nosotros que sólo la cúpula del banco sabe. ¿Eres consciente Gonzalo del secretismo que rodea a este cargo y de la conversación que tenemos?. – Le indicó el director.
  • Sí, señor director, lo mantendré en secreto. – Afirmó Gonzalo.

Al momento Gonzalo ya tenía un cargo de responsabilidad y con los conocimientos de todas las contraseñas de las puertas de acceso a la caja fuerte.

  • Ah! Gonzalo, no se te olvide que si entras en la caja fuerte, al cabo de diez minutos se cierra como método de seguridad.

– No sé me olvidará señor director. – Afirma Gonzalo -.

Después de esto Gonzalo abandonó el despacho del director. Y cuando ya no estaba dentro, aprovechó el director para hacer una llamada.

La llamada era a la persona que intentó asaltar el banco minutos antes y que retuvo a un cliente, y salió corriendo después de intervenir Gonzalo para evitar el asalto. Era Rubén, un antiguo cliente con ciertas necesidades económicas, el director conocedor de su situación le propuso el trabajo al que Rubén sin dudarlo acepto.

La conversación telefónica del director con Rubén a penas duró un minuto.

  • Te haré el ingreso acordado a tu cuenta. Al final el pez a picado en el anzuelo. – Dijo el director -.
  • En cuanto tenga el ingreso me voy de la ciudad, no sabrán más de mí. – Confirmó Ruben -.
  • Eso es lo acordado. Que así sea o mando que acaben contigo. – Amenazó el director -.

Acabó la conversación. El director había dado el primer paso de todo un plan. Ahora solo haría falta esperar al paso de los días.

Capítulo 4 – En espera de decidir el día

En el nuevo puesto Gonzalo enseguida se hizo con el dominio. Entraba con el director a la caja fuerte, repasaban que todo estuviera en condiciones y antes de diez minutos salían del interior, era el tiempo marcado por el sistema para volver a bloquear la puerta, y desde el interior no está permitida la abertura.

Así pasaban los primeros días en su nuevo cargo. Al cabo de un mes era Gonzalo el que entraba solo al interior de la caja fuerte para repasar que todo está en condiciones y a continuación realizar el informe.

Decidieron no verse en un tiempo y que de forma individual reflexionar si estaban decididos a dar el paso. Gonzalo dejó de ir a la cafetería de María, y su novio Carlos en la rutina de cada día. A los tres les quedaba tiempo para asumir el papel que le correspondía dentro del plan y repasar el plano del banco con todo detalle.

Mientras, Óscar – el director del banco – seguía dando confianza a Gonzalo de que estaba en un cargo de normalidad acordado dentro de la cúpula del Banco, que no le extrañase que un vigilante tenga tanta información confidencial. Ellos se reunirán y repasaban el informe del día referente a la caja fuerte, los accesos, las cámaras de vigilancia, los equipos de grabación del interior y exterior.

Un día el director hizo sonar la alarma de robo que está conectada con la policía, era una decisión propia del director. Todos los empleados quedaron sorprendidos porque no sabían si era real o un simulacro. Comenzó a sonar la alarma que generó un alboroto en el interior tanto a los clientes como a los empleados.

Al cabo de quince minutos hizo presencia la policía, en concreto dos vehículos, con dos agentes en cada uno de ellos. Al entrar los policías al interior y ver que era una falsa alarma, hizo su presencia Óscar.

  • He sido yo, es un simulacro siento no haber avisado pero quería que se fuera lo más real posible. – Indicó Óscar.

La intención fue clara, ahora el director tiene un tiempo aproximado de cuánto tarda la policía en llegar al banco desde que recibe la señal. Esa era otra información necesaria en su idea de intervenir en los planes de Gonzalo.

Pasó otro mes mas y consideraron Gonzalo y María que ya era suficiente la espera, así que se reunieron un domingo por la tarde en las de Gonzalo. Después de la reunión decidieron que el 17 de Abril sería el día, era un viernes. Faltaban cinco días, tiempo suficiente para perfilar hasta el más mínimo detalle.

Al lunes siguiente la vuelta al trabajo, pero esta vez con cierto miedo y tensión. María se enfada con las compañeras ante cualquier situación, esta alterada, es difícil dejar de pensar en el paso que van a dar, se juegan mucho – ¿ Y si sale mal ? se pregunta, pero espera que no.

El director del banco esta en alerta en espera de saber cuándo Gonzalo actuará, por eso cada detalle que sale de lo habitual en Gonzalo lo tiene en cuenta para saber si el día se aproxima. Intenta pasar algún tiempo con él en las tareas que le encomendó, y cuando están redactando el informe se fija si le tiembla el pulso más de lo habitual, u otro aspecto que le indique que está nervioso.

Capítulo 5 – Solo quedan tres días

Los días se hacen largos en espera del día del robo pero hay que dejarlo todo bien claro a la hora de actuar por eso ser vuelven a reunir en casa de Gonzalo y dedican la ropa que llevarán, el coche que utilizaran y el comunicador para mantenerse informados entre ellos.

Ya solo quedan tres días. María pide dos días de vacaciones en el trabajo, de esta manera puede pasear, hacer deporte, ir de compras para olvidar la tensión. Mientras que su novio hace vida normal y Gonzalo acude a su trabajo pero con la adrenalina subida de tono.

En un momento de reunión con el director del banco mientras redactaban Gonzalo redactaba acerca de cómo estaba los sistemas de seguridad y la caja fuerte, dejo de escribir de forma repentina, nunca lo había hecho anteriormente. El director que estaba atento a todo le preguntó.

  • Gonzalo, ¿Te has quedado en blanco?.

A esto Gonzalo respondió.

  • No, no que va.

El pulso le temblaba, algo de sudor en la frente. Son demasiadas cosas que al director del banco le sirvió de alarma para saber qué quedaba poco. Así que a partir de esa noche el director del banco pasaría la noche en una habitación en espera de capturar a sus presas.

En una habitación cerca de la sala de control preparó un colchón, una linterna, un despertador, un libro y el cargador del móvil. Y a esperar durante la noche. Paso la primera noche y no sucedió nada, pero se lo imaginaba que así sería, así que continúo esperando durante las noches.

Ya solo quedan dos días y Gonzalo, María y su novio tienen todo apunto en lo referente a la ropa, vehículo, comunicador y memorizado paso a paso lo que hay que hacer el día del robo. Deciden qué será a las doce de la noche y que en veinte minutos es suficiente para entrar coger el botín y subir en coche para salir en carretera hacia una vida mejor.

No hay mejor medicamento que los sueños para olvidar los nervios. Y el sueño que tienen es una vida llena de lujos, tiempo libre, ocio, buen comer, lugares de ensueño. Así es la condición humana de los deseos del ser humano, todo de forma inmediata sin esfuerzo.

Ya sólo queda un día, será mañana el día elegido y a las doce de la noche. Toca esperar, repasar los movimientos, revisar el material y esperar. También el director del banco espera en la habitación del banco cada noche, con mucha paciencia.

Capítulo 6 – Hoy 17 de Abril

Amanece en un día soleado en la ciudad. La cafetería abre puntualmente y los clientes madrugadores acuden como cada mañana. María ha ido a trabajar con normalidad, pero con su pensamiento en lo que la noche le espera, su sueño de viajar hacia la libertad.

Pasan las horas de la manera más lenta posible, estando en el presente pero pensando en el futuro, son las cinco de la tarde, son las seis, aun quedan cuatro horas para las diez de la noche.

Ese pesar del paso del tiempo le sucede tanto a Gonzalo como a María y a Carlos. Pero como el tiempo no se detiene, llegan las diez, puntual a la cita.

Reunidos en casa de Gonzalo ultiman los detalles del plan. Lo han repasado varias veces y están convencidos. El coche preparado con el depósito lleno, los móviles con las baterías cargadas y todos vestidos con ropa oscura para no llamar mucho la atención en la noche.

Ellos no lo saben pero Óscar sigue pasando las noches en el banco es espera de que Gonzalo ejecute su plan.

Ya son las doce de la noche, suben todos al coche que conduce Carlos. Se dirigen al banco por la ruta establecida en el plan. Llegan a la parte de atrás del banco y aparcan detrás de un camión de gran envergadura para parapetarse de la vista de las cámaras de seguridad.

Gonzalo y María salen del coche, parecen como una pareja de amigos que pasea por la noche en un mes de Abril. Esperan que las cámaras de seguridad así lo vean, como una escena habitual en la noche.

Conocedores de los movimientos de las cámaras de seguridad acceden a la puerta trasera del banco sin ser vistos en los últimos metros próximos a la fachada.

Ya se encuentran en la puerta de acceso. Gonzalo con el llavero repleto de llaves localiza la llave que abre la cerradura. Abre y gira la cerradura, ya están dentro y se dirigen a la caja fuerte, siempre por los ángulos muertos de las cámaras de seguridad.

Pero la noche es muy silenciosa y los pasos se oyen, sobre todo en lugar cerrado, de ahí que el ruido de los pasos llegó a oídos del director.

  • Ya está la presa – Señaló el director -.

El director enseguida accedió a la caja fuerte, y allí dentro llenó una mochila de billetes grandes. Cerró la caja fuerte y tuvo tiempo de cambiar el tiempo de retardo de cierre. En lugar de los diez minutos ahora Gonzalo sólo tendría cinco. De esta manera espera el director tener la presa en la jaula.

Con el dinero en la mochila el director inicia la fuga con el trabajo realizado. Pero no sabe que el pasado vuelve, y ese pasado es Rubén. .

Después de abrir la última puerta que dirige a la calle Óscar se encuentra con Rubén.

  • Por eso duermes las últimas noches en el banco señor director. – Apunta Rubén -.
  • ¿Que haces aquí Rubén , estás incumpliendo el trato, te dije que no volvieras?. – El director le respondió -.
  • ¿Y dejar que tu te llevarás la mejor parte del pastel?. Dame la mitad de lo que llevas en esa mochila. – Rubén reclamó al director -.

Era demasiado dinero para perderlo, así que se inició una pelea en la que Rubén acabo en el suelo sin vida.

El director realizó la llamada a la policía para avisar que en el banco sucedía algo extraño, al finaliza la llamada, bajo al parking, cogió su coche e inicio camino de no retorno.

Mientras Gonzalo y María llegan a la caja fuerte. Gonzalo conocedor de la combinación abre la puerta y accede junto a María al interior.

María se comunica con a Carlos para conocer la situación en el exterior. Carlos le indica que la única novedad es un coche negro que iba a gran velocidad.

Sin darle más importancia Maria desde fuera de la caja fuerte informó a Gonzalo.

  • Gonzalo, no hay movimientos en el exterior está todo tranquilo. – Aviso María .
  • Gracias María continúo llenando las sacas. ¿Cuánto tiempo llevamos dentro? – Pregunto Gonzalo -.
  • Pues, cuatro minutos y cincuenta segundos exactamente. – Informó María -.
  • Me quedan cinco minutos más, avísame del tiempo en cuanto quede un minuto.

Ya eran cuatro minutos y cincuenta y siete segundos, la puerta empezaba a cerrarse.

Gonzalo giró su mirada hacia la puerta viendo cómo imparable se cerraba tanta cantidad de acero.

Antes de cerrarse por completo Gonzalo pudo enviar un mensaje para María con un grito.

  • María , huid!…

María quedó parada sin saber reaccionar. Al cabo de un minuto, después de analizar la situación, salió corriendo hacia el exterior en búsqueda de Carlos dejando olvidada la chaqueta que llevaba.

Todo había acabado. Subida en el coche con su Carlos, igual que el director, solo les quedaba ir a un lugar de no retorno lejos de la ciudad que les vio nacer, en la que no cumplieron su sueño.

Al rato llego el Comisario David junto a una pareja de policías. Fueron por la puerta principal y viendo que estaba cerrada rodearon el banco hasta encontrar la puerta trasera.

Estaba abierta por completa, la huida de Maria así la dejo. Entraron con el arma en mano, recorrieron los pasillos hasta encontrar en frente de la caja fuerte una prenda que Maria dejo olvidada.

Llamaron a los responsables del banco para informarles de que se ha producido un intento de robo. A la llegada de los responsables, accedieron a la caja fuerte para conocer si los ladrones accedieron al interior.

Ahí estaba Gonzalo. Sentado en un montón de billetes como si de un dios de la fortuna se tratase.

Mientras se lo llevaban desde el interior unos policías que llevaban el cuerpo sin vida de Rubén.

  • Comisario David hemos encontrado un cuerpo sin vida con señales de violencia en el exterior.
  • Espera, destapa su cara, a ver si lo identificamos. – Indicó el Comisario David -.

Cuando el rostro de Ruben quedo al descubierto, a Gonzalo se le vino la película a la mente.

  • Todo era un trampa, era un trampa. – Replicó Gonzalo –

El Comisario le pidió a Gonzalo que fuera más explícito.

Y Gonzalo declaro que ese era el hombre que intentó robar el banco una mañana de un lunes.

  • Era un mañana de un lunes, yo me abalancé sobre él, forcejeamos, logró huir. – Explicó Gonzalo -.

Y desde entonces el director le engaño al asignarle un cargo de seguridad que nunca existió, solamente para dejarle el paso libre de cargos. Pensó Gonzalo.

  • Pues tendrás que demostrar todo lo que dices. – Le avisó el Comisario David -.
  • Todo empezó en una cafetería una mañana de un lunes. – Recordó Gonzalo. -.
  • ¿A que te refieres?. – Pregunto el Comisario -.
  • Solamente era un recuerdo, que me ha venido a la mente.
  • ¿Y la prenda de mujer que hemos encontrado?. – Sospecha el Comisario -.
  • No sé a quien pertenece. – Respondió Gonzalo -.

El Comisario David mando llevar a Gonzalo a prisión. Pero el caso no lo daba por cerrado. El director no daba señales si vendría al banco y una prenda de mujer encontrada en el lugar del robo daba que pensar al Comisario David que quedaban cabos sueltos. A la espera comprobar que no falta dinero del interior de la caja fuerte.

  • ¿Nos vamos Comisario? – Comentó un policía –

– Sí. Pero voy a ser como Javert en Los Miserables, no acabaré hasta encontrar a los demás culpables.

Y así fue todo. Ni Gonzalo ni Maria cumplieron sus sueños, y sus vidas han cambiado, tendrán que volver a esperar su oportunidad, porque nunca es tarde para cumplir un sueño.

El plan al final no ha salido bien, María y Carlos salen de la ciudad en coche sin rumbo. Atravesaron Francia después de varias horas, llegaron a Holanda. Decidieron parar en un restaurante situado a un lado de la carretera.

Entraron y se encontraron en una local casi vacío atendido por un hombre de edad avanzada. En la barra sentados en un taburete esperaron a que el anciano hiciera presencia.

  • Buenas tardes que desean tomar. – Pregunto el hombre.
  • Dos cervezas. – Solicitó Maria.

La soledad del hombre hizo que Maria y su novio iniciasen una conversación con el anciano.

  • Esta todo muy tranquilo por aquí no?

– No crea señorita, hay días que no puedo yo solo con el trabajo. Una pareja como vosotros me vendría bien aquí para echarme una mano.

A continuación entró un cliente nuevo y el anciano dejó la conversación para continuar con el trabajo.

Maria y Carlos se miraron y los dos tenían la misma idea de que este podría ser un nuevo punto de partida.

Volvieron ha hablar con el anciano y llegaron a un acuerdo de que durante un mes estarían a prueba en el restaurante.

Maria ya tenía experiencia en el trato al público y su novio era fuerte y dinámico para las tareas más duras del día, como ordenar el almacén, servir en el bar, etc.

Así fue como iniciaron una segunda vida, en un restaurante de la carretera. Paso el mes de prueba y después otro mes y así con el paso del tiempo ya se convirtió en una año desde la llegada.

Al final de un domingo intenso de trabajo, el anciano se encontraba indispuesto, se fue pronto a dormir. Esa fue su última noche. Maria y Carlos llegaron al local la mañana siguiente. Extrañados de que el anciano no estuviera hizo que subieran a la planta superior del restaurante donde se encontraba la habitación. Al abrir la puerta el cuerpo sin vida yacía en la cama.

Desde ese día ya han pasado mas de seis meses. Maria y su novio gestionaban y llevaban el restaurante con bastante éxito.

Mientras Óscar el ex director del banco buscaba retomar su vida lejos de su ciudad natal. Su preparación y trato con clientes lo llevo a ser comercial en una empresa de distribución de bebidas. Primero su tarea fue la de buscar nuevo clientes. Pasaba muchas horas en las carretera de visita en visita.

Mientras el Comisario seguía la investigación con el objetivo de encontrar el paradero del director del Banco y los colaboradores de Gonzalo. En espera de noticias y de que algún movimiento por parte de los involucrados en el robo dedicaba su trabajo en otros casos que tenía abiertos.

En uno de los viajes de Óscar fue detenido por parte de la policía de tráfico debido a una infracción. En ese momento no llevaba la documentación de residencia y presentó el carnet de conducir de su país de origen. Constaba la dirección a la que sería enviada la multa.

Así fue, esa multa paso por la policial de tráfico de Barcelona y de forma inmediata fue informado el comisario.

  • Señor comisario noticias del paradero del director del banco, está en Amsterdam, según la notificación que la policía de tráfico nos ha enviado debido a una infracción. – Informó el ayudante del comisario.
  • Gracias. – Respondió el comisario -. Ya tengo una la pista para ir a visitarlo y controlar sus movimientos.

Ese mismo día repasando la documentación acerca del robo, mientras tomaba el café, un descuido hizo que un poco de café cayera sobre una esquina de uno de los papeles.

Ese café desveló un nombre, alguien escribió en un papel y se apoyó en la hoja, apretó con tanta fuerza que dejó marcado el nombre de Maria. Otro nombre ha añadido en la investigación.

Mientras en el restaurante de la carretera Maria y su novio siguen trabajando.

Un cliente en la barra solicitó una bebida que era un combinado de licores. El novio de Maria con las prisas se equivocó en la mezcla.

  • Oye que me has puesto? – Indicó el cliente.
  • Lo que me ha pedido. – Respondió Carlos.
  • Pues no esto, pero está bueno. – Afirmó el cliente.

Maria escuchando el dialogo se acercó y probó la bebida y le gustó.

A partir de entonces durante días probaron en combinar esos licores en diferentes porcentajes hasta encontrar la medida justa para que gustase a un mayor número de clientela.

Fue tal el éxito que en la guía turística de la región estaba incluido cómo recomendable el paso por el restaurante para degustar el licor.

Tomaron la decisión de embotellar y comercializar a nivel local esa bebida. Y así fue como pusieron en el mercado el licor.

Los meses pasaron y ya contaban con una gran clientela, lo que dio lugar a llevar la comercialización al extranjero.

Mientras Óscar escalaba en el organigrama de la empresa llegando a ser responsable de los comerciales tanto a nivel nacional como internacional.

En su despacho de un edificio alto y acristalado gestionaba cantidad inmensa de pedidos, sus ayudantes les ponía al corriente de las novedades en el sector de la restauración y de cómo el gusto de los clientes cambiaban según las modas.

Un día uno de sus ayudantes se acercó a su mesa con un artículo acerca de un licor que emergía con éxito en el mercado.

El ayudante le presentó un informe del rápido crecimiento que esa bebida a tenido hasta la fecha de hoy. Óscar mando iniciar un primer pedido.

Tardó una semana en llegar y lo pudieron probar todo el equipo de ayudantes y colaboradores.

Fue unánime que se realizase un segundo pedido de mayor cantidad.Y ese fue el comienzo hasta llegar a ser uno de los mejores clientes de Maria y Carlos.

Mientras Gonzalo cumplía condena en prisión no se comunicaba con Maria para no dar pistas a la policía de su relación entre ambos. Maria dejó un número de móvil en el buzón de casa de Gonzalo para que pudiera localizarla al salir de prisión.

Óscar envió una invitación a los dueños de la empresa de licores para visitar la ciudad durante un fin de semana.

Maria y Carlos dejaron definitivamente el restaurante para dedicarse de lleno a las empresa de licor. Ahora que todo iba muy bien dejaron la gestión de la empresa a los gestores y técnicos para dedicarse a viajar y disfrutar de vacaciones sin límite.

En cuanto llegó la invitación fueron informados por los gestores de que estaban invitados a pasar un fin de semana en Praga por cortesía de un cliente.

Aceptaron y concretaron una fecha. Llegó el día Maria Carlos cogieron el vuelo destino a la ciudad de Praga. Llegaron con un día de antelación para hacer de turistas, era la primera vez que acudieron a Praga. Ocuparon la habitación del hotel y quedaron contentos del lujo que rodeaba el establecimiento. Se sentían bien cómodos.

A la mañana siguiente recorrieron la ciudad, el centro antiguo, los canales, los edificios del siglo XIII. Comieron en un italiano y acabaron a las seis de la tarde. Fueron al hotel a descansar ya que por la noche tenían la cena con los clientes.

Eran las nueve de la noche en un restaurante rodeado de vegetación amplio, lujoso y colorido. Decorado con mucha exquisitez.

El camarero les llevó a la mesa y fueron los primeros, pasaron diez minutos e hizo aparición el director.

  • Hola buenas noches. – Soy Óscar el director comercial vuestro anfitrion.
  • Hola buenas noches. – Respondieron la pareja.
  • Me alegro mucho que halláis aceptado la invitación.
  • Era difícil de rechazarla gracias a usted por tanta molestia.

Así empezó la cena, a continuación llegaron en orden los platos. Toda la cena transcurrió de forma muy cordial. Todo cambió cuando el director del banco preguntó cuál era su ciudad natal y cómo surgió la idea del licor que tenía tanto éxito.

– Cuál es vuestra ciudad natal? – Preguntó Óscar -.

Sin esperar respuesta el director continuó hablando.

  • Mi ciudad natal es Barcelona. Era director de un banco llamado MoneyBank, pero tuve que dejarlo por motivos ajenos a mí.

Al escuchar esas palabras, Maria por debajo de la mesa golpeó el pie de Carlos para indicarle que no comentase nada del pasado.

  • Huy, he dicho eso y se ha cambiado vuestro rostro. También sois de Barcelona o tenéis algo que ver con el banco?.
  • No, no. Es que a estas horas el cansancio se nota después de estar todo el día paseando por la ciudad de Praga.

A continuación continuó Maria para ser más convincente.

  • Ya nos gustaría conocer Barcelona, suponemos que un día la visitáremos.
  • Pues Barcelona es una joya a visitar no os lo perdáis por nada del mundo. – Afirmó Óscar.

Parecía que la conversación tomaba de nuevo un curso más ameno.

Acabó la cena y quedaron en repetir la visita en otra ocasión. Los dos mantuvieron la calma hasta despedirse del director, cogieron un taxi y se dirigieron al hotel.

Allí en la habitación repasaron la conversación y coincidieron que se trataba del mismo hombre que Gonzalo tenía como director del banco. O sea que es la persona que tiene el botín de Gonzalo y es el causante de que esté en prisión.

Mientras el comisario era informado de que en la reunión celebrada a las nueve de la noche en Praga entre el Director del banco con una pareja, de que el nombre de la mujer era Maria según el nombre registrado por el restaurante, a esa hora. Coincide con el nombre que el café derramado dejo a descubierto en la documentación del caso.

El comisario buscó el historial de Maria en Amsterdam y lo único que encontró es que el mismo día coincidía la fecha que dieron de alta como empleado del restaurante con la fecha en la que el director fue contratado por su actual empresa.

Cogió un compas y con la punta en la ciudad de Barcelona trazó un círculo con un radio de cuatrocientos kilómetros la distancia que se puede recorrer en una noche por carreteras desconocidas y en un estado de tensión, así es como el comisario dedujo la distancia de cuatrocientos kilómetros.

Así que se añadió una coincidencia más. En ese circulo estaban las dos ciudades Praga y Amsterdam.

A partir de ahora también controlaría los movimientos de Maria por sí es la misma persona que el nombre Maria que apareció en la documentación.

Capítulo 7 – El desenlace

Gonzalo salió de prisión. Llego a casa y recogió todo lo que el buzón contenía.

Allí estaba el número de móvil que le pondría en contacto con María. Al día siguiente realizó la llamada y concertaron verse en Amsterdam la próxima semana.

Pasaron rápido los días y Gonzalo aterrizó en Amsterdam, se dirigió a casa de María. Allí los tres se unieron en un fuerte abrazo.

A continuación Gonzalo deshizo las maletas en la habitación de la casa de María y Carlos.

Los primeros días fueron tranquilos para que Gonzalo disfrutase de sus primeros días en libertad. Pero después en una cena retomaron el tema del robo. De cómo recuperar el dinero que Óscar se apoderó en aquel día.

Estaba claro que volvería a ser en Praga. Volver a plantear otro encuentro no levantará sospecha.

Y así fue, quedaron con Óscar de que volverían a verse en Praga. Cuadraron agendas y al final se había establecido una fecha.

Llego el día. En la habitación de hotel en Praga los tres estaban preparados para salir. Cogieron el taxi y llegaron al restaurante.

Primero entraron a tomar mesa María y Carlos. Óscar llegaría más tarde. Mientras Gonzalo sentado en la barra del bar esperaba su momento.

Ahora los tres sentados alrededor de la mesa. Y Gonzalo continuaba en la barra del bar es espera de una señal.

Sirvieron los primeros y segundos platos. Y después el postre. Para finalizar con el café. De pronto María comentó.

  • Tenemos una sorpresa para ti Óscar. – Dijo dirigiéndose a Óscar.
  • Y cuando me la vais a dar esa sorpresa? – pregunto Oscar.
  • Ahora. – Inmediatamente respondió María.

María hizo un gesto hacia la barra. Gonzalo se levanto del taburete y se dirigió hacia la mesa. Desde la posición de Óscar no lo veía venir.

Gonzalo cogió la silla para sentarse y en cuanto Óscar se dio cuenta de quien era rápidamente se quiso levantar. Pero Carlos le puso la mano en el hombro y lo volvió a sentar.

  • Hola Óscar como te va todo. Tienes algo que me pertenece. – Gonzalo propuso.
  • No era tuyo era del banco. – Óscar replicó.
  • Pero tampoco tuyo.
  • Dame la mitad del botín. Ya todos tenemos una vida establecida después de todo. Ahora solo falto yo. – Volvió a proponer Gonzalo.
  • Es lo justo y lo tienes que aceptar. – Maria afirmó.

En ese momento apareció David el comisario.

  • Estamos todos. Qué bonita estampa. Vengo a por vosotros tres María, Carlos y Óscar tenéis deudas con la justicia.
  • Venga Comisario no tiene jurisdicción. – Carlos fue el primero en contestar.
  • Pero vosotros tenéis conciencia de culpabilidad. – David intentó ser sutil.
  • No está en posición de fuerza sin una orden de arresto. – Carlos le volvió a responder.
  • Cierre el caso y déjanos en libertad. Disfrute de esta ciudad y vuelva a casa pensando que unas veces se gana y otras se aprende. – Gonzalo le propuso a David.

Y así fue cómo el comisario se fue de la mesa para no volver.

Mientras los que quedaban llegaron al acuerdo que para que todos pudieran llevar una vida mejor solo quedaba que Gonzalo se llevase una parte del botín y el resto con la vida actual que llevan no la pongan en riego. Así todos cumplen el sueño de una vida mejor.

Gonzalo con el dinero compro acciones de la empresa de María y Carlos y una residencia junto a ellos. Nunca volvieron a Barcelona. Allí acabó una etapa y en Amsterdam empezó otra hasta el final de sus vidas.

Óscar seguía realizando pedidos de licor y de vez en cuando visitaba a María, Carlos y Gonzalo porque a veces los conflictos unen. Y ellos han pasado página para empezar una nueva vida. Al final solo consiste en buscar lo que nos une con nuestro enemigo para saber qué hay lugar para la amistad.

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