Tal vez me olvidé de vivir 
A veces me gusta echarme en mi cama e imaginar, por un ratito, que no existo. Que mañana nadie esperará mi buenos días o que no tengo que presentar ese maldito trabajo que me dejó el profe de embriología. Me gusta pensar que soy uno más con el aire y me combino en cada calada profunda y rítmica que logro con mi sosiego. Mi carne se hace arena, mis deseos se unen al infinito cielo en forma de estrellas y mis ojos se pierden en la belleza de la luna. Y entonces ¿qué pasa con mi amor? Viaja por la ventana, se impulsa con el viento, atraviesa las hojas, se combina con el canto de las aves, baila con el murmullo del río y llega a tu corazón.
club de escritura Fundación Escritura(s)-Fuentetaja
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