Estoy perdido,
viendo el firmamento,
tu recuerdo sobrevuela
mis pensamientos.
Pienso en la última vez que
nos encontramos de esta forma,
contemplando el cielo.
Solo eso era suficiente,
estar juntos a la intemperie.
Sintiendo el frío, el calor,
la lluvia; la nieve.
Los cambios de estaciones
siempre te volvieron un poco inestable,
aunque estuve yo allí para darte consuelo.
Era agotador y lo sabes,
pero creo que ahora no es más que un pasado lejano bastante ajeno.
Aún así, te volví a encontrar.
Estoy feliz,
aunque de a momentos no lo parezca.
Y en tu semblante,
percibo que vos también,
estás satisfecha.
No teníamos demasiado,
pero lo poco nos conformaba.
Ahora las cosas han cambiado,
ya no somos esos veinteañeros.
Pero hay algo que permanece,
y hace que me tiente; que ambos
pequemos del deseo de regreso.
Y no quiero volver,
sé que vos tampoco querés.
Pero la tensión en impalpable,
el anhelo entre nuestros cuerpos.
Quiero mantenerme alejado,
pero realmente no sé si esta vez
pueda hacerlo.
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