Corrían con desespero, alucinantes. En busca de refugio. Fatigados, desgatados por el incipiente sol y por las noches frías. Huían de algo que apenas conocían…

Monstros humanos, ensambles de cuerpos medio armados asechaban por doquier en busca de sus presas.

El experimento fracasó. Ahora la isla es un verdadero campo de sobrevivencia para ellos.

En una noche de mayo de 2021, el motín producido en el Submarino Ruso HCF-XXI cuando trasladada los resultados equívocos del experimento que no se ha abandonado desde la guerra fría. El nuevo soldado ruso no ha podido ser concebido como una máquina controlada y ahora se ha revelado en contra de la tripulación que los trasladaba como desechos para ser exterminados en una isla del Caribe, donde se encuentra una base militar del gobierno de Venezuela. Se desconoce el número de ello, así fue determinado en el protocolo.

La ruta seguida por el Submarino aseguraba que la misión no sería interceptada por espías norteamericanos. Su destino fue anticipado y planificado por la diplomacia militar secreta de ambos gobiernos.

Sin embargo, una falla en los sistemas nerviosos de los prototipos motivados a los cambios geográficos y termodinámicos del submarino, produjo el incremento de los niveles de tensión y ampliación de neurosis en los monstros de guerra.

A pocas millas de distancia de la isla la Orchila, se produce el motín, se desprenden los seguros y dejan a disposición de estas maquinas humanas asesinas, la discreción de cazar a sus presas. Una batalla que parece ser perdida por los 125 miembros de la tripulación. Su existencia es invisible para ambos gobiernos. En segundos pocos pueden huir y logran llegan a las costas de la Isla, poniendo en alerta a sus pares, quienes anticipadamente manejaban la hipótesis de destruir el submarino por completo, maniobra que fue descartada, pues evidentemente estaría expuesta la misión.

Bestias anfibias, se trasladan como torpedos hasta llegar a las costas rocosas. Preparan un ataque a la base militar en búsqueda de sus nueva victimas.

Desconocidos por muchos, evidenciado por ellos a través de sus sistemas de percepción extra estructural, pueden ver la verdadera base que se disimula a profundidad. Un proyecto militar desarrollado desde hace mas de una década por el gobierno Ruso y Venezolano para monitorear actividades militares enemigas.

Presas fáciles son los efectivos militares que inocentemente desconocían lo que había debajo de sus pies. Ahora la verdadera base tiene otro objetivo. Y es el centro de una batalla estratégica entre ambos bandos.

Corren como llenas, golpean como rinocerontes, muerden con tiranosaurios. Lo mas despiadado: piensan como humanos…desean aniquilar a todo cuanto resulte objetivo militar para ello. No distinguen entre ideales o signos, ese fue algo que nunca se pudo corregir.

Este fue el comentario del Dr. Couver, encargado de tarapia neurocientifica de este proyecto a Alexeksanderk Trepov, nuevo Jefe de Comando de Operaciones, quien sustituye de manera inmediata a su comando, por suicidio al conocer de los hechos.

Casi diez años usted y yo aquí. No quisiera haber llegado a este infierno que ahora vamos a vivir…

A lo largo de cinco horas de conflictos. Utilizando todos los medios y armas posibles, casi 300 soldados rusos emprenden una feroz lucha de sobrevivencia al ataque inesperado que bajo cualquier método estratégico desarrollan sus oponentes. Lo que pudo haber sido la mayor creación de un arma para guerras postnucleares ahora está a la vista del alto mando militar Ruso.

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