¡Advertencia!: No soy psicólogo, pero he llevado algunas materias en la escuela bíblica y en la universidad. Espero no estar tan equivocado en la relación entre ambos asuntos. Tengo por lo menos 6 años viendo la religión organizada y todos sus vericuetos, hasta en la sopa; y fíjate que uno de mis pasatiempos favoritos es justamente ver películas y ya no solo logré ver la religión en la comida, sino también en las cintas.
La Bella y la Bestia es una película que vi hasta el cansancio con mi hermana cuando era niño. La Naranja Mecánica es una de mis películas predilectas, y El Show de Truman, no se diga, incluso tengo una leve obsesión con el tema de la simulación, a tal grado que me tatué el mito de la caverna de Platón. Y es que esa idea de la «matrix» no es nueva, es una idea platónica y la tesis es sumamente interesante.
Comenzamos con relacionar la religión organizada con la primera película:
1. El Síndrome de Estocolmo. El síndrome de Estocolmo es un fenómeno psicológico intrigante que se produce en víctimas de secuestro, abuso doméstico y violencia (es desastroso). A pesar de la adversidad, estas personas desarrollan una conexión emocional con sus perpetradores, llegando incluso a justificar o defender ese pésimo comportamiento, como en el caso de Bella con la Bestia. Esta reacción psicológica es un mecanismo de supervivencia que permite a las víctimas adaptarse a situaciones extremadamente estresantes. Las víctimas logran sobrellevar el abuso y la violencia de sus captores.
Según algo que leí en internet, «desde una perspectiva clínica, se ha identificado que las víctimas del síndrome de Estocolmo experimentan un ‘estrés postraumático complejo'». Esto les permite desarrollar estrategias de afrontamiento para lidiar con el entorno tóxico en el que se encuentran.
La película «La Bella y la Bestia» ofrece una representación de este problema, donde la protagonista se enamora de la bestia después de que él le grita y la trate como una moneda de cambio para salir de su condena. Al igual que los secuestradores demandan cantidades exorbitantes de dinero por el rescate. Expertos en la materia han explicado cómo las víctimas pueden aprender a responder con respuestas afectivas a sus secuestradores. Y desarrollar cariño, empatía, incluso amor hacia lo que los daña y los lastima. Esto trae consigo una serie de consecuencias devastadoras.
¡Ahora bien!, ¡en el ámbito de las instituciones religiosas es exactamente lo mismo! Ante la corrupción, el abuso de poder, la manipulación y el daño psicológico pueden ser justificados por los miembros de la comunidad de la fe, y adaptarse al ambiente corrupto, nocivo y tóxico. Y por si fuera poco, usan uno de los textos más gastados de toda la biblia para justificar cada pendejada: «pon los ojos en Jesús». ¡Lo que patético!
2. Condicionamiento Operante: La ley del «estímulo-respuesta» revela cómo los seres vivos pueden aprender a asociar experiencias negativas con respuestas positivas. En la película La Naranja Mecánica se presenta un proceso de condicionamiento psicológico llamado «Método Ludovico», inspirado en las teorías del ruso Iván Pavlov. El protagonista, Alex, es sometido a un tratamiento que busca reprogramar su cerebro para asociar la violencia y la maldad con sentimientos de náuseas y repudio.
Este es el caso del protagonista principal, el creador de contenido y YouTuber (que por cierto, muy bueno en lo que hace) Farid Dieck dice incluso que el nombre de la película es precisamente porque convierten de algo tan natural y ordinario como lo es una naranja y persona en algo tan insípido, y mecanizado después de un proceso clínico desalmado y deshumanizado. ¿Sombrío no crees?
Sin embargo, este proceso de condicionamiento plantea preguntas sobre la libertad y la autonomía individual. ¿No es esto similar a lo que sucede en algunas religiones, donde se busca condicionar a los individuos para que sigan ciertas normas y creencias sin cuestionar? El infierno de hecho es la herramienta más poderosa de la religión cristiana. Incluso yo creo que ya es hora de evolucionar y ser honestos intelectualmente e ir abandonando este pésimo dogma. ¡NO EXISTE TAL COSA!
El resultado de este condicionamiento puede ser catastrófico, ya que se puede perder la capacidad de pensar críticamente y tomar decisiones autónomas, igual que Alex. En lugar de promover la libertad y la autonomía, algunas religiones pueden manipular y controlar a los individuos, restándole valor a la vida y las experiencias humanas relacionales. Y en casos más drásticos como Alex, recurrir a tomar su vida por su cuenta.
La pregunta es: ¿queremos vivir en un mundo o círculo donde se nos condicione para seguir ciertas normas y creencias sin cuestionar absolutamente nada? ¿O queremos vivir libres, con la capacidad de pensar críticamente y tomar decisiones autónomas? La elección es nuestra. Dejar de concebir el mundo como negro y blanco podría ser el comienzo.
En el caso de Pavlov, utilizó perros (menos mal) y les presentó un estímulo neutro (un sonido de campana) junto con un estímulo que naturalmente provoca una respuesta (la presentación de comida). Después de varias repeticiones, los perros comenzaron a salivar cuando escuchaban el sonido de la campana, incluso sin la presentación de comida. Esta ley ha sido ampliamente estudiada y aplicada en la psicología y la educación, y es fundamental para entender cómo se forman las asociaciones y los hábitos en los seres humanos y los animales. Lamentablemente, siempre hay quienes utilizan estas excelentes herramientas pedagógicas para sus ambiciosos propósitos, y bien conocemos el resultado.
3. El Mundo Sensible: El show de Truman es una película de ciencia ficción que explora la idea de una realidad simulada de manera magistral. La película sigue la historia de Truman Burbank, un hombre que vive en una ciudad llamada Seahaven, que resulta ser un set de televisión gigante donde su vida es transmitida en vivo a todo el mundo. En pocas palabras, su vida es una total mentira.
Truman comienza a sospechar que su realidad no es real y que está siendo manipulada por el creador del show, Christof. Truman es una crítica a la sociedad moderna y, tal vez, a la forma en que la religión puede influir de forma negativa en nuestras vidas. La película también explora temas como la libertad, la identidad y la realidad. Igualmente, que en el mundo cristiano, te venden una libertad pero es esclavitud, te dan una identidad que te tragas de un sorbo creyendo que esto es voluntad divina, y en cuanto a realidad, todo lo que percibes ahí a través de los sentidos es engañoso y tristemente falso.
La actuación de Jim Carrey como Truman transmite incluso la frustración que uno puede sentir cuando intenta liberarse de la matrix. Agradezco a Dios que nunca estuve solo en este proceso, y desde el 2020 cuento con la amistad de 3 amigos que pasamos por exactamente lo mismo, Oliver (Chihuahua), Michel y Jesse (Sonora) entenderán perfectamente de lo que hablo. ¡El proceso de liberación incluso es doloroso!
El creador como Dios: Christof, el creador del show, puede ser visto como una figura divina que controla y manipula la vida de Truman. Al igual que muchos ministros de culto sin escrúpulos presentan a Dios en muchas religiones y denominaciones. Christof es omnipotente, omnisciente y tiene el poder de decidir el destino de Truman. Al igual que los falsos que discursan los sermones dominicales.
Truman indaga también en el tema de la búsqueda de la verdad, una vez decepcionado de la simulación, o una vez que te enteraste que tus sentidos te engañaron. Esta búsqueda puede ser comparada con la búsqueda espiritual que muchos individuos atravesamos después de abrir los ojos y abandonar la religión. Truman incluso llega al momento en que se vuelve agresivo y desesperado. Les dije que era de algún modo doloroso.
La lucha de Truman por escapar del control de Christof puede ser vista como una metáfora de la lucha del individuo por liberarse del control de las fuerzas eclesiásticas y dogmáticas y teológicas que por muchos años nos fueron transmitidas.
Finalmente, es importante destacar que estas conexiones son interpretaciones y no necesariamente reflejan la intención de los directores o los guionistas de las tres películas.
Amigo, amiga, tengo que aprovechar este momento y ya que tengo tu atención, debo decirte que Dios no es nada de lo que acabo de escribir aquí. Dios es más grande que esto y aún mayor que todo lo que las iglesias dicen de Él. Nos hemos convertido en expertos en saber qué piensa exactamente Dios, por ejemplo, respecto a los homosexuales, entre otros asuntos. Dios es más simple de lo que podamos imaginar. Probablemente has buscado a Dios una y otra vez y has visitado tantas iglesias, pero tal vez, tal vez, eso es lo que te ha impedido conocerlo.
En una ocasión, un hermano me dijo: «Encontré a Dios en donde nunca imaginé, lo encontré en una cantina, lo encontré en un bar, lo encontré en un barrio peligroso, lo encontré en el hospital». Piénsalo un momento. En los Evangelios, siempre encontramos a Jesús vagando. Es hora de romper con este ciclo de tolerancia y justificación insana hacia la religión.
No es sano ni normal aceptar esta clase de abusos y menos soportar a este tipo de perpetradores. No es correcto hacerse cómplice de la manipulación. Es momento de vivir libremente. No te dejes llevar por el mal. No te conformes con la mediocridad. No te hagas cómplice de la injusticia.
Entre cientos de iglesias, créeme, hay muchas que son genuinas. Incluso yo actualmente pertenezco a una. ¡Que el Espíritu de Dios te guíe!
Por: Batres Gaytán, Eduardo Raziel.
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