Dejaste tu lugar vació en la fotografía…
Porque tu instinto te dijo que la vida juntos no era suficiente para tí.
Porque tu ego te hizo proferir un amor no exhibido.
Porque tu gusto por la pluralidad le restó valor a nuestra dualidad.
Porque marcaste rutas y puertos distintos con la deriva de tus pensamientos.
Porque tu amor propio no entendía de complemento, exigía en tu voluntad un injerto.
Porque tus escritos en piedra le ganaron partida al sentimiento que no mereció despedida.
Y entonces faltaste, en el lugar que yo había querido para tí.
M. RUBI
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