Yo solo me quedé contemplando su esbelto rostro y una perfecta sonrisa, quise decir que estaba lindo, pero creo que mis ojos ya me delataron. Allí estaba él, tal cual lo había imaginado, quise correr, abrazarlo y decirle que me hizo muy feliz, pero era imposible, él ya no me miraba …
Sentí un nudo en la garganta, mi respiración se agitaba, quise llorar pero, prometí nunca llorar por alguien a menos que sea por la pérdida de un familiar. Él siguió recto su camino y yo, yo solo me quedé contemplando desde la lejanía de las rejas.
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