La soledad no es cuestión de compañía.

Cuando compartí que voy sola al cine, de compras y de visitas turisticas mucha gente me dice: «Qué pena, estar sola, que tristeza». Pero no, no estoy ni estuve sola.

Estuve sola cuando no me respetaban, cuando me engañaban, cuando esperaba en vano una palabra de cariño, una atención sincera, cuando yo ya lo había entregado todo.

Estuve solo cuando tenía los ataques de ansiedad, cuando luchaba con mi mente batallando con mis demonios.

Hoy, ceno sola, hago día a día como puedo sola pero estoy tranquilo y en paz. No espero nada que no esté ya en mi vida. Me tengo a mí, mi salud mental sobretodo y a muchas personas que me quieren y quiero.

Eso es así convivir conmigo no es fácil, pero lidiar con una enfermedad no es soledad, es una lucha diaria y constante.

La verdadera soledad es estar acompañada por quien no suma, no valora, no ama, no respeta.

Sola es mi opción. Es libertad, es amor propio, es una elección consciente de estar bien conmigo mismo. Y estoy cada día más tranquila con mi soledad.

Así que no me digas «qué pena». Hacer planes sola estaré conmigo, y créeme: nunca he estado mejor acompaña

da.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS