De mes en mes. 

Los minutos cuelgan:

Se alejan, 

Se tienden en el piso.

De mes en mes. 

Los relojes se diluyen. 

Y queda ahí; 

derretidos en la distancia, 

cuajados con la arena que los funde. 

De mes en mes. 

Sus manecillas son solo dibujos inmóviles:

pegadas a la tierra,

que absorbe su pintura.

De mes en mes.

Los relojes se eclipsan:

Se apangan 

Y se escurren como quesos fundidos.

De mes en mes.

Viajo por los cuadros de un Dalí imaginario.

De un Dalí cóncavo y convexo,

Inflexiblemente y analítico. 

De mes en mes. 

Me me escurro entre los pliegues de su pintura,

e intento comprender el tiempo de forma abstracta y surrealista. 

De mes en mes.

Los relojes solo cuelgan y me aplastan con su tiempo inmovible, 

inexorable, 

inentendible.

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