El escrito que presento es una visión crítica de la figura de Donald J. Trump y su promotor así como su posible relación con algunos textos de la apocalíptica de Juan. El autor del texto inspirado utiliza imágenes para describir lo que considera un imperio que está en contra de los más débiles, y lo peor, en contra del Cordero de Dios.
Hace poco más de una semana el mundo fue estremecido nuevamente, sin embargo en esta ocasión no fue un virus o un terremoto que lo causó, sino más bien el retorno de Trump a la Casa Blanca “y su herida de muerte fue sanada” Ap.13:03 El ahora electo presidente tenía un deseo enfermizo por retomar el poder y desde meses atrás (cuando ganó oficialmente las elecciones) comenzó muy a su estilo, con sus delirios a expectorar amenazas como las de levantar un muro; elevar los aranceles, políticas imperialistas, territorialistas e invasivas, acortar el apoyo humanitario y médico a naciones subdesarrolladas, deportaciones masivas, perseguir a los inmigrantes como si de malhechores se tratara, querer sabotear las soberanías de sus dos vecinos, así como cambiar el nombre del Golfo de México, entre otras estupideces fueron las principales propuestas con las que el mandatario amenazó al mundo; ante todo esto no estamos muy lejos de lo que vivieron algunas comunidades inocentes y cristianas ante el imperio romano en los tiempos de Jesús, o sea, lo que encontramos en el libro de Apocalipsis, por ejemplo en el cap. 13:17-18 dice “Y hacía que a todos, a pequeños y a grandes, a ricos y a pobres, a libres y a esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviera la marca, o el nombre de la bestia, o el número de su nombre”. En otras palabras ¡jódete, si no estás de acuerdo con el emperador en turno!
Pero antes de que me mal intérpretes y de acuerdo a la posición teológica con la que yo congenio, enseñamos lo siguiente, a saber:
Los exégetas más serios o intérpretes de la escritura consideran que la primer Bestia de Apocalipsis 13 se refiere más bien a un sistema o una estructura de poder que se opone a Dios, en lugar de una persona específica. En este sentido, la Bestia podría representar el imperio romano o cualquier otro sistema de poder que se opone a la voluntad de Dios; o como diría Pablo en otro contexto “hombres, que con injusticia restringen la verdad.” Rom. 1:18 Entonces entendamos la “Verdad” en este sentido como todo aquello que le atañe a Jesús y a su justicia, su gracia, su amor, su misericordia, y todas las perfecciones que al Cordero adornan, quien se opone a ello literalmente como dicen las cartas Jóanicas forma parte del club de los cientos de antagonistas o anticristos que han surgido a lo largo de la historia “Hijitos han surgido muchos anticristos” 1 Jn. 2:18 En este sentido no es un problema exegético apuntar con todas las flechas del Apocalipsis al nefasto sistema que Donald J. Trump está implementando vs los pobres, los oprimidos, los extranjeros y todos los que sufren en general. Entonces, todo parece indicar que nos encontramos frente a un neonazi, supremacista blanco, clasista, xenófobo, racista, un engendro del Ku Klux Clan, nos encontramos frente a un hombre, homofóbico, religioso e hipócrita con episodios delirantes asociados al poder, un megalómano que busca terminar con la ciudadanía por nacimiento para los niños cuyos padres no tengan un estatus migratorio en regla, el mundo está frente a un hombre que busca destruir familias enteras con las redadas de migración en lugares que por mucho tiempo fueron considerados seguros como escuelas, iglesias y hospitales. Entonces yo me pregunto ¿quién le vendió la tierra a este hombre?, ¿quién le dio el derecho de creerse dueño de una gran parte del mundo, como la bestia que encontramos en Ap. 13?
El proceder del presidente norteamericano bien me recuerdan estas palabras: “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo” Ap. 3:17.
Es lamentable e interesante notar que la última vez que un mentiroso se creía dueño de los reinos del mundo se los quiso ofrecer a Jesucristo “Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad y la gloria de ellos, porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.” Lc.4:6.
Por desgracia, todos los caprichos del mandatario tienen una finalidad imperialista, el actuar de este hombre que se cree elegido por Dios es más similar a los césares tiranos sanguinarios romanos de quienes el Apocalipsis habla, y no de un auténtico servidor y mandatario público, y ¿qué es lo que sigue? ¡No lo sé!, en sus delirios de grandeza no puedo evitar pensar que la última vez que alguien actuó así fue un promotor de la segunda guerra mundial. Donald J. Trump es un hombre desalmado que tal parece padece de sus facultades mentales. Haría bien el hombre en obedecer la voz de los profetas, el mensaje de anuncia y denuncia del Reino de Dios, muy al estilo de los profetas pasados enviados, en este caso de la Obispa Anglicana, la hermana Mariann Edgar Budde en un quehacer homilético y retórico le mostró la voluntad del cielo, fue el rugido de Dios lleno de amor, aliento, esperanza y nos hace ver que cuando la maldad de los hombres llega a su cenit el testimonio de Dios sigue latente en el mundo. Pero de ella hablaré en el próximo ensayo (Moisés ante Faraón).
Por otro lado, y para no dar tantas vueltas a la situación, en Apocalipsis 13 la primera bestia tiene un promotor, se trata de un falso profeta y bufón que aplaude, solapa y se alegra de la praxis de su amo “¿quién como la Bestia y quien podrá luchar contra ella?” Ap. 13:4, nada más apegado a la realidad como Donald J. Trump quien tiene a un tipejo de su lado, un narcisista, capitalista explotador de recursos naturales y humanos que, en un momento de euforia, furor o éxtasis tal parece que hizo el saludo Nazi cuando su amo se sentó en el trono. Sí me refiero a Elon Musk. Estos dos hombres deberían entender que en tal escenario en el que se encuentran y en el libreto que han tomado hay un final desastroso (siempre) “el diablo, la bestia y el falso profeta son lanzados al lago de fuego” Ap. 20:10, ya que “los perros quedaran fuera” Ap. 22:15 ¡El triunfo de Dios ante el reinado injusto de los hombres!
Sin tanto más que agregar debo decir que “El que es injusto, que siga siendo injusto; el que es sucio, que siga siendo sucio; y el que es justo, que siga siendo justo; y el que es santo, que siga siendo santo.” Ap. 22:11 Esta es la visión final del autor, el desenlace de un mensaje encriptado, manifestación y protesta hacia roma, en la que describe la consumación de la esperanza y la restauración final de todas las cosas. Podríamos interpretar que, si ha de haber un juicio, cada persona será juzgada según sus acciones. Aquellos que han vivido de manera injusta y sucia seguirán siendo injustos y sucios (desde luego sin anular la posibilidad de una metanoia) mientras que aquellos que han vivido de manera justa y santa seguirán siendo justos y santos.
Por. Batres Gaytan, Eduardo Raziel.
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